La Casa del poeta Vicente Aleixandre en Madrid será declarada Bien de Interés Cultural por la Comunidad de Madrid. Este lugar, que en su momento fue la residencia de este escritor de la Generación del 27, se transformará en un centro de referencia dedicado a la literatura y el arte. El Consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Mariano de Paco, ha anunciado que el Gobierno regional iniciará el proceso para otorgar esta protección al edificio y también adquirirá el chalet de la Velintonia en el distrito de Chamberí.
«Queremos poner este futuro espacio al servicio de los madrileños y de quienes visiten la región, un lugar de encuentro para los amantes de las letras y un excelente lugar para conmemorar, en 2027, el 50 aniversario del Nobel y el centenario de la Generación del 27», agregó De Paco Serrano. Después de la Guerra Civil, la casa del poeta y premio nobel fue frecuentada por figuras como Carlos Bousoño, José Luis Cano, José Hierro y los Novísimos.
La subasta de la Casa de la Velintonia tuvo lugar a principios de este año. La vivienda del escritor se encuentra en mal estado debido a su abandono desde finales de los años ochenta, tras el fallecimiento de la hermana del poeta. En 2022, el Consejo de Gobierno protegió el inmueble al declararlo Bien de Interés Patrimonial. Asimismo, extendió esta categoría al archivo de Aleixandre para evitar su venta y dispersión, considerándolo «un tesoro literario». «Ahora, damos un paso más para preservar y proteger al máximo su obra y memoria», afirmó el consejero.
Aunque Aleixandre nació en Sevilla en 1898, pasó su infancia viajando entre Málaga y Madrid, donde falleció en 1984. A lo largo de su vida, fue nombrado académico de la Lengua en 1949, después de haber recibido el Premio Nacional de Literatura en 1933 por La destrucción o el amor, además de otros reconocimientos literarios por obras como En un vasto dominio (1962) y Poemas de la consumación (1968).
De Paco ha criticado la falta de interés del Ministerio de Cultura por preservar el legado del escritor. El consejero mencionó que se comunicó con el ministro Ernest Urtasun en busca de alternativas para conservar el legado y no obtuvo respuesta: «En febrero me dirigí al ministro ofreciéndole mi disponibilidad, pero no se dignó a contestarme».
