La nutrición es el proceso mediante el cual el cuerpo obtiene, usa e incorpora los nutrientes necesarios para estar saludable. La relación entre salud mental y nutrición es compleja y multifacética. Varios estudios han demostrado cómo la dieta influye en el bienestar mental, el estado de ánimo y la cognición, pero los efectos varían según la persona. Una dieta equilibrada y un estilo de vida saludable contribuyen al bienestar mental y físico.
La calidad de la dieta puede impactar directamente en la función cerebral y el bienestar emocional. Existen aspectos fundamentales de esta relación, ya que la serotonina y dopamina están influenciadas por algunos nutrientes. El triptófano es precursor de la serotonina y los ácidos grasos omega-3 son clave para el buen funcionamiento cerebral. Una dieta antiinflamatoria y rica en antioxidantes puede proteger el cerebro contra el estrés relacionado con trastornos neuropsiquiátricos. Por otro lado, el consumo excesivo de azúcares y alimentos altos en glucemia puede afectar el estado de ánimo.
Los problemas de salud mental pueden estar asociados con una mala nutrición. La dieta está vinculada a la incidencia o gravedad de la depresión, la ansiedad, los trastornos de la conducta alimentaria, los problemas del sueño, problemas cognitivos, afectaciones en la memoria, irritabilidad, cambios de humor y problemas de regulación emocional.
La dieta mediterránea se ha relacionado con un menor riesgo de desequilibrios mentales y un óptimo rendimiento cognitivo. Es fundamental consumir una gran variedad de alimentos de todos los grupos, controlar las porciones y limitar las grasas saturadas y trans. La ingesta de alimentos procesados y azúcares añadidos es conveniente reducirla y optar por otras opciones frescas y naturales. Además, las necesidades nutricionales van a variar dependiendo de la actividad física, la edad, el género y las condiciones médicas de la persona.
Fuente (para controlar el refrito): https://psicologiaymente.com/clinica/relacion-entre-nutricion-y-salud-mental
