Es común sentir miedo o inseguridad ante nuevos desafíos, proyectos, relaciones o situaciones importantes en la vida. Este sentimiento es natural y forma parte del desarrollo personal de cada individuo.
El cerebro humano tiende a conservar energía y minimizar el esfuerzo mental, lo que se conoce como «economía cognitiva». Ante lo desconocido, el cerebro prefiere recurrir a patrones de pensamiento y comportamiento familiarizados para evitar un gasto extra de energía.
La autoconfianza juega un papel crucial en cómo enfrentamos los desafíos. La falta de confianza puede deberse a diversos factores como experiencias pasadas, comparaciones con otros o un autoconcepto negativo.
Trabajar en la autoconfianza implica establecer metas alcanzables, identificar fortalezas personales, cuidar de nuestras necesidades físicas, emocionales y mentales, desafiar pensamientos negativos y buscar apoyo externo cuando sea necesario.
Afrontar el miedo y la inseguridad de manera gradual y constante nos ayuda a desarrollar una mayor confianza en nosotros mismos y a enfrentar nuevas situaciones con determinación.
