En algún momento de la vida, es probable experimentar una ruptura sentimental. Si no es tu caso, es posible que hayas acompañado a alguien en ese difícil momento. ¿Recuerdas la intensidad de esa situación? Actualmente, una recomendación común después de una ruptura es el contacto cero. ¿Pero realmente funciona esta estrategia?
En este artículo exploraremos qué significa el concepto de «contacto cero» que ha ganado popularidad recientemente. Además, analizaremos si realmente es efectivo en el proceso de una ruptura. También discutiremos alternativas para aquellos casos en los que mantener esta dinámica no es posible.
¿Qué implica el «contacto cero»?
Tras una ruptura, especialmente en relaciones de pareja, es común que algunas personas consideren la posibilidad de reconciliarse. Esto es parte del proceso de duelo relacional, una forma en la que nuestro cerebro intenta aliviar el dolor que experimentamos en esos momentos.
Mantener contacto con la expareja y ciertas dinámicas puede interferir en el proceso de separación. También puede llevar a replantear la ruptura y establecer dinámicas complejas o disfuncionales. Por eso, la mayoría de los psicólogos especializados en relaciones de pareja lo recomiendan.
El contacto cero implica dejar de comunicarse e interactuar de cualquier forma con la otra persona. Esto incluye no revisar sus redes sociales, no tener encuentros en persona, no enviar mensajes, no hablar de esa persona con otros, etc. Se aconseja evitar todo contacto durante al menos los primeros meses.
Si bien este concepto se relaciona principalmente con rupturas de pareja, también podría aplicarse a otros tipos de vínculos significativos que hayan sido importantes en nuestras vidas. Especialmente cuando esas relaciones han sido desgastantes.
¿Es efectivo el «contacto cero» para superar una ruptura?
Aunque es una recomendación cada vez más común, no está exenta de controversia. Sería beneficioso que las personas se informen sobre cómo llevar a cabo el contacto cero, sus ventajas y posibles dificultades antes de decidir implementarlo.
Una vez que tengan esta información, podrán tomar la decisión más adecuada para su situación particular. A continuación, exploramos los posibles beneficios y desafíos del contacto cero, considerando las implicaciones mencionadas anteriormente.
Beneficios del contacto cero
Una ventaja clave de cortar todo contacto tras una ruptura es poder enfocarse en uno mismo. Esto permite atravesar el proceso de duelo y sanar. Evitar ciertos estímulos (redes sociales, mensajes, etc.) ayuda a reducir pensamientos intrusivos y malestar emocional.
Con el tiempo, es más probable recuperar el control y reafirmar la decisión tomada. El contacto cero ayuda a salir de dinámicas dañinas y alinearse con las propias necesidades, mejorando la autoestima.
Dificultades del contacto cero
Una dificultad principal al implementar el contacto cero después de una ruptura es el malestar emocional intenso. Esto puede hacer que sea doloroso mantenerlo. Es importante buscar apoyo en el entorno y, si es necesario, buscar ayuda profesional.
Algunas personas consideran que el contacto cero puede implicar evitar conflictos y no resolverlos. Es crucial recordar que el contacto cero se utiliza para permitir el proceso de duelo y no como una estrategia para hacer sufrir a la otra persona y buscar una reconciliación.
¿Qué hacer si no podemos mantener el contacto cero?
Es importante recordar que en algunas situaciones no es posible evitar toda comunicación con la expareja (o la persona en cuestión), incluso si se desea. Por ejemplo, cuando hay hijos en común, se desaconseja establecer el contacto cero.
En estos casos, donde la comunicación es necesaria, es crucial limitarla al mínimo necesario. Se debe intentar hablar solo sobre aspectos compartidos. Establecer límites y pautas claras en la comunicación es ideal.
Entendemos lo complicado y desafiante que puede ser esta situación a nivel emocional y mental. El estrés puede manifestarse físicamente también. Por lo tanto, si sientes que la situación te sobrepasa, no dudes en buscar ayuda profesional para recibir el apoyo necesario.