Si estás leyendo esto es porque tu mente no deja de pensar y te lleva a un estado de ansiedad constante. Tu mente puede ser tu aliada o tu enemiga, pero recuerda que tú no eres tus pensamientos. Eres el observador de lo que pasa por tu mente, que está cumpliendo su función de pensar.
La mente está diseñada para resolver problemas, y si no los tiene, los crea. La buena noticia es que con algunas instrucciones podemos ajustar esta maquinaria para que funcione de manera óptima y no nos abrumen los problemas reales o imaginarios. Veamos cómo hacerlo.
¿Por qué mi mente no deja de dar vueltas?
Descartes no estaba completamente en lo correcto con su frase «pienso, luego existo». Ahora sabemos que más bien somos un «siento, luego existo». Experimentamos emociones como reacciones automáticas e inconscientes a lo que nos sucede, tanto interna como externamente.
También es importante tener en cuenta que pensamos sobre lo que sentimos, convirtiendo la emoción en sentimiento. Aquí es donde podemos tomar el control de nuestro mundo interno: cómo interpretamos lo que sentimos o nos sucede, es decir, nuestro diálogo interno.
Un ejemplo común es cuando alguien no nos saluda en la calle y nos sentimos molestos. Podemos pensar que esa persona es antipática y enojarnos, o podemos pensar que simplemente no nos vio y seguir adelante. Es la misma situación, la misma emoción, pero elegimos la historia que nos contamos sobre lo que está pasando.
Entonces, si cambias tu forma de pensar, todo cambia. Estás constantemente filtrando la realidad a través de tus pensamientos. Lo que crees, creas. Todos llevamos gafas que distorsionan el mundo (nuestra mente), por lo que es importante mantener esas gafas en buen estado para ver el mundo de la mejor manera posible.
Las dos herramientas para el cambio
Te presento dos herramientas: el autorregistro y el cuestionamiento de pensamientos negativos. Con el autorregistro, anota tus interacciones con el mundo: el hecho, tu pensamiento, tu emoción y tu acción. Esto te ayudará a identificar patrones en tu pensamiento y emociones, convirtiéndote en un experto en ti mismo.
La segunda herramienta es cuestionar tus pensamientos negativos. Cuando tu mente se vuelve negativa o catastrófica, utiliza un filtro para evaluar si esos pensamientos son verdaderos, buenos y útiles. Si no pasan este filtro, no son pensamientos sanos y es importante apartarlos de tu mente con amabilidad.
