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En 1934, durante la Revolución de Octubre, la Universidad de Oviedo quedó reducida a ruinas. El fuego destruyó todo su patrimonio: biblioteca, archivo, colección de pinturas y material de enseñanza. Retomar la docencia y la vida académica supuso un enorme esfuerzo que se inició con la reconstrucción del edificio, truncada de nuevo por el estallido de la Guerra Civil.
Finalizada la contienda, y retomando una actividad universitaria rutinaria, el claustro consideró necesario amueblar y decorar salas y despachos. Precisamente en este contexto llegaron un total de 19 pinturas procedentes de los depósitos que, durante la Guerra, había habilitado la Junta de Incautación y Protección del Patrimonio Artístico. Este organismo fue creado por el gobierno de la República en 1936 para salvaguardar el patrimonio cultural durante el tiempo que durase el conflicto.
Así, a principios de 1942 la Universidad acogió estas obras enviadas por la Comisaría General del Patrimonio Artístico Nacional, el organismo franquista encargado de la gestión de las miles de pinturas que se encontraban en los almacenes de arte al finalizar la Guerra.
Para sacarlas de allí era habitual la concesión de las que no habían sido reclamadaspor sus legítimos propietarios, bien a la iglesia, a museos o a centros oficiales. Este fue el caso de la Universidad de Oviedo. La mayor parte del lote estaba formado por retratos, que…
Fuente (para controlar el refrito): https://historia.nationalgeographic.com.es/a/secretos-que-esconden-obras-arte-incautadas-durante-guerra-civil-espanola_20902