Los mayas interpretaron y predijeron los eclipses solares como el «Sol roto»

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El próximo lunes 8 de abril se producirá un fenómeno astronómico muy especial: un eclipse solar total cuya duración, según estimaciones de la NASA, va ser de unos 4 minutos y 20 segundos. Este espectacular (e inquietante) acontecimiento celeste ocurre cuando la Luna se sitúa entre el Sol y la Tierra, proyectando una sombra sobre esta última que bloquea total o parcialmente la luz del Sol en algunas zonas de nuestro planeta. 

Durante más de un siglo, los eclipses solares han contribuido a ayudar a los científicos a descifrar la estructura del astro rey y su fenomenología, así como a intentar hallar evidencias acerca de la teoría de la relatividad general o incluso a descubrir nuevos elementos. 

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De hecho, los eclipses solares totales son especialmente importantes porque, cuando suceden, permiten a los científicos observar una parte de la atmósfera del Sol, conocida como corona, que es demasiado tenue para ser contemplada a simple vista, excepto cuando, durante un eclipse total, la brillante luz del Sol queda bloqueada.

el «Sol roto»

Si bien los eclipses han sido documentados a lo largo de la historia por las distintas civilizaciones, quizá sean los mayas los que han aportado más información sobre este fenómeno astronómico. Un buen ejemplo de ello es el conocido como Códice de Dresde, que contiene tablas astronómicas con las que los mayas podían calcular las fases de la Luna y del planeta Venus. Pero ¿cómo podían predecir eclipses con los medios de que disponían?

Un eclipse de Sol total solo se produce cuando hay Luna nueva. Partiendo de esta base, las élites sacerdotales y los gobernantes mayas emplearon un complejo sistema para contar los meses lunares asociados a las fechas anotadas en la llamada «cuenta larga» del calendario maya para calcular, de forma precisa, los eclipses solares, a los que denominaban Pa’al K’in, es decir, «Sol roto». 

Si bien los eclipses han sido documentados a lo largo de la historia por las distintas civilizaciones, quizá sean los mayas los que han aportado más información al respecto.

Glifo que representa un eclipse total de Sol ocurrido el 17 de agosto de 1496, representado en el Códice Telleriano-Remensis.Glifo que representa un eclipse total de Sol ocurrido el 17 de agosto de 1496, representado en el Códice Telleriano-Remensis.

Glifo que representa un eclipse total de Sol ocurrido el 17 de agosto de 1496, representado en el Códice Telleriano-Remensis.

Glifo que representa un eclipse total de Sol ocurrido el 17 de agosto de 1496, representado en el Códice Telleriano-Remensis.

INAH

Por su carácter casi mágico, la predicción de estos fenómenos astronómicos se convirtió en una herramienta fundamental para el control de la población por parte de las élites. En realidad, era un modo de protegerse contra el malestar que generaban los temidos eclipses solares entre la población, la cual, aterrorizada, detenía todas sus actividades y realizaba toda clase de ruidos para alejar a la Luna del Sol, su fuente de vida.

Cosmogonía maya

Como hemos mencionado, todos los conocimientos astronómicos que los mayas tenían sobre los eclipses se compilaron en un códice que actualmente se encuentra en la ciudad alemana de Dresde. Datado en el siglo XI o XII, el Códice de Dresde es una copia de una fuente, o fuentes, más tempranas. El documento está formado por 39 láminas, con escritura por ambos lados, doblado en forma de biombo y con una longitud total de 3,56 metros. Los textos glíficos son principalmente yucatecos (aunque hay préstamos del ch’olan y náhuatl), por lo que los primeros investigadores del códice propusieron que su lugar de origen era Chichén Itzá, en la península del Yucatán.

Todos los conocimientos astronómicos mayas sobre los eclipses se compilaron en un códice que actualmente se encuentra en la ciudad alemana de Dresde.

Representación de un eclipse solar que aparece en el Códice Borbónico.Representación de un eclipse solar que aparece en el Códice Borbónico.

Representación de un eclipse solar que aparece en el Códice Borbónico.

Representación de un eclipse solar que aparece en el Códice Borbónico.

PD

Este manuscrito es uno de los cuatro que se salvaron de la destrucción tras la llegada de los españoles, y contiene una serie de cálculos numéricos que documentan la observación, el estudio y la predicción de eclipses en un período que se extiende aproximadamente 33 años. El Códice de Dresde contiene tablas y almanaques relacionados con los planetas visibles y una tabla con 69 intervalos de 177 o 148 días relacionados con eclipses solares y lunares, además de ser un compendio de rituales vinculados a la cosmovisión, la astronomía y los sistemas calendáricos de los antiguos mayas.

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Otras representaciones

El primer testimonio que tenemos acerca de la existencia del Códice de Dresde procede de un documento fechado en 1739 en el que se dice que Johann Christian Göetze, por aquel entonces director de la Biblioteca Real de Dresde, lo adquirió en Viena junto con otros libros y documentos antiguos.

Y ¿cómo llegó a Europa? Se cree que pudo haber formado parte de algún tipo de regalo «exótico» y que habría sido traído desde México al Viejo Continente por Hernán Cortés, quien lo entregó al emperador Carlos V. Este extraordinario documento estuvo a punto de desaparecer durante la Segunda Guerra Mundial, cuando la ciudad de Dresde sufrió un intenso bombardeo.

El primer testimonio acerca del códice nos llega de un documento fechado en 1739 en el que se registra que Johann Christian Göetze lo adquirió en Viena.

Fragmento del Códice de Dresde en el que se muestra un glifo representado 1: banda celeste, 2: el Sol, 3: dos fémures que representan a la muerte, 4: campos negro y blanco que simbolizan el ocultamiento del Sol.Fragmento del Códice de Dresde en el que se muestra un glifo representado 1: banda celeste, 2: el Sol, 3: dos fémures que representan a la muerte, 4: campos negro y blanco que simbolizan el ocultamiento del Sol.

Fragmento del Códice de Dresde en el que se muestra un glifo representado 1: banda celeste, 2: el Sol, 3: dos fémures que representan a la muerte, 4: campos negro y blanco que simbolizan el ocultamiento del Sol.

Fragmento del Códice de Dresde en el que se muestra un glifo representado 1: banda celeste, 2: el Sol, 3: dos fémures que representan a la muerte, 4: campos negro y blanco que simbolizan el ocultamiento del Sol.

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Pero volviendo a los eclipses, ¿sabemos en que parte del Códice de Dresde los mayas documentaron un eclipse solar? La respuesta es que sí. En la página 54 de dicho códice existen varios símbolos que, según los investigadores, representan un eclipse solar: una banda celeste, el Sol, dos fémures en señal de muerte y dos campos, uno de color negro y otro blanco, como si se tratase de las alas de una mariposa, en alusión al ocultamiento del Sol por la Luna

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