En el desierto de Néguev, en Israel, se encuentran petroglifos de hace 5.000 años que están siendo colonizados por hongos y líquenes, según un estudio de la Academia de Bellas Artes de Viena. Este fenómeno podría representar una amenaza para la conservación del arte rupestre.
Los hongos y líquenes están dañando las figuras talladas por antiguos pastores en el desierto de Néguev. Estos microorganismos tienen capacidad para disolver la piedra caliza y provocar daños mecánicos adicionales.
El estudio sugiere que el proceso de colonización microbiana no se puede detener, ya que está vinculado al clima. El desierto de Néguev, con su valioso arte rupestre, es un patrimonio cultural en riesgo.
El deterioro de un conjunto único de arte rupestre
A pesar de ocupar el 60% del territorio de Israel, el desierto de Néguev no es muy visitado debido a sus duras condiciones climáticas. Sin embargo, este desierto alberga vestigios de civilizaciones antiguas que datan de miles de años atrás.
El arte del Néguev es un patrimonio histórico y cultural de gran valor. La diversidad de especies de hongos y líquenes detectadas en las rocas revela un posible peligro de proliferación en este entorno extremo.


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Petroglifos del Néguev que muestran formas abstractas.
Laura Rabbachin, INTK, Academy of Fine Arts, Vienna
Las condiciones extremas del desierto de Néguev permiten a algunos hongos y líquenes sobrevivir y proliferar, representando una amenaza para el arte rupestre. La única forma de proteger estas obras es documentándolas detalladamente.
¿Cómo proteger el arte de estas amenazas?
El monitoreo constante de la colonización microbiana y la documentación detallada de las figuras son clave para preservar el arte rupestre del desierto de Néguev.
Es fundamental seguir investigando el significado de estas obras de arte para comprender mejor la historia y la cultura de la región.