En el siglo XVI, debido al monopolio del comercio con América, Sevilla estaba en pleno apogeo. Este auge económico permitió la construcción de edificios como el Archivo de Indias, el Ayuntamiento nuevo, la Casa de la Moneda y el Hospital de las Cinco Llagas, hoy en día el Parlamento de Andalucía.
También se renovaron las puertas medievales de la ciudad amurallada, con un estilo arquitectónico que recordaba a los antiguos arcos triunfales romanos. Este diseño se basó en un informe realizado en 1560 por Hernán Ruiz II, el arquitecto responsable de la parte renacentista de la Giralda.
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La Puerta Real, también conocida como Puerta de Goles, se encontraba cerca del puerto fluvial y era una de las entradas más importantes a la ciudad. Desde allí se extendía un eje urbano crucial, la actual calle Alfonso XII. Después de una reforma profunda entre 1560 y 1566, el rey Felipe II ingresó a Sevilla por esta puerta en 1570.
Sin embargo, fue demolida alrededor de 1864 debido a que se consideraba un obstáculo para el desarrollo de la ciudad, al igual que sucedió con la Puerta de Triana, la Puerta de la Carne y la Puerta de Carmona, entre otras hermosas puertas históricas de la ciudad.
En una investigación gráfica reciente se ha recreado la Puerta Real y su entorno urbano, por primera vez con un enfoque científico. Se recopilaron diversas imágenes que ilustran la grandeza de este hito arquitectónico y los cambios en el lugar.
Imágenes históricas
Entre las vistas más destacadas se encuentra el grabado de Sevilla de Ambrosius Bambrilla de 1585. Esta misma vista fue incluida en 1588 en una obra famosa llamada Civitates Orbis Terrarum.
Junto a la Puerta Real y el río Guadalquivir, se representaron el palacio y los jardines de Hernando Colón, hijo de Cristóbal Colón. En ese lugar se ubicó su biblioteca importante, luego el convento de San Laureano y más tarde un patio de vecinos que aún existe.
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Las vistas del viajero hispanista Richard Ford son de gran interés, ya que, además de otras puertas desaparecidas, dibujó la Puerta Real desde fuera de la muralla en 1832. También la representó desde la plaza interior a la muralla, mostrando las capillas laterales que la ocultaban parcialmente. Una vista similar fue dibujada en ese mismo lugar por el pintor sueco Edgron Lundgren alrededor de 1849-1860.
puerta
La Puerta Real desde el interior de la ciudad, Richard Ford, 1832.
Colección Familia Ford, CC BY
Los cambios en esa área también se reflejan en varios planos históricos. El primero de ellos fue el plano de Olavide de 1771. Los planos de alineaciones de fachadas a finales del siglo XIX que se conservan en el Ayuntamiento de Sevilla son de gran valor. En ellos se detalla la ubicación de la Puerta Real, en concordancia con la documentación gráfica de la excavación arqueológica que descubrió sus cimientos en 1995.
La recreación virtual
Para recrear esta estructura clásica, se consultaron tratados de arquitectura de la época, como el manuscrito de Hernán Ruiz II, el tratado de Serlio y el de Vignola.
Se utilizó una fotografía de Luis Leon Masson tomada alrededor de 1858, poco antes de su demolición, como base para la reconstrucción. Esta imagen se «corrigió» para obtener medidas precisas en el modelado tridimensional de la Puerta Real. Cada elemento se consideró como parte de un todo, con proporciones relacionadas entre sí.
puerta sevilla
Fotografía de la Puerta Real tomada por Luis Masson hacia 1858.
Colección Duque de Segorbe
Luego, mediante la tecnología de escaneo láser, se recreó con precisión el entorno urbano actual y se documentaron los restos de la muralla adyacente que aún se conservan.
Para integrar y visualizar todo esto, se utilizaron técnicas de motor gráfico de videojuegos, adaptadas al patrimonio arquitectónico, incluyendo texturas, luces y sombras de manera rigurosa.
La reconstrucción científica
En 2006 se plantearon propuestas interesantes para reconstruir las principales puertas históricas de Sevilla que ya no existen. Estas fueron dibujadas por el arquitecto Rafael Manzano Martos, catedrático y premio Driehaus 2010, con el objetivo de concienciar a la sociedad y a las autoridades sobre su gran importancia para la ciudad.
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Gracias a esta investigación gráfica, ahora es posible reconstruir con rigor científico la Puerta Real. Por lo tanto, se busca despertar el interés, más allá del ámbito académico, por este valioso patrimonio arquitectónico y urbano.
A lo largo de la historia, muchos edificios importantes han sido reconstruidos después de su desaparición para revitalizar su entorno. Ejemplos incluyen el Campanile de San Marcos en Venecia, que colapsó en 1902, o el pabellón de Mies Van der Rohe de 1929 en Barcelona, entre otros.
La Puerta Real era sin duda una de las más hermosas del recinto amurallado de Sevilla. Por lo tanto, esta joya del siglo XVI debería ser reconstruida como un símbolo de identidad y un motor de progreso para la ciudad.
Antonio Gámiz Gordo, Doctor Arquitecto, Profesor Titular, Universidad de Sevilla; Daniel Antón, Investigador Postdoctoral y Profesor. Universidad de Sevilla y Nottingham Trent University, Universidad de Sevilla y Pedro Barrero Ortega, Doctor Arquitecto, Profesor Permanente Laboral, Universidad de Sevilla
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
