El deporte ha sido valorado por su conexión con la salud y la perfección física e intelectual desde la antigüedad. En la cultura griega, los campeones olímpicos eran venerados por sus cuerpos estéticamente perfectos, mientras que en civilizaciones como la romana, maya y azteca, las competencias deportivas eran eventos populares llenos de emoción y peligro.
Esta admiración por el cuerpo y el atleta perfecto ha sido una fuente de inspiración para grandes obras de arte, como el Discóbolo de Mirón, así como para artistas como Pieter Bruegel, el Viejo y Canaletto a lo largo de la historia.