Los diseñadores más célebres coinciden en que la moda es una forma de expresión y presentación al mundo, según Miuccia Prada. Sin embargo, no está claro cuándo la ropa adquirió las connotaciones sociales y culturales actuales.
¿Fue cuando Coco Chanel presentó el traje de tweed y el bolso 2.55 en París en 1954? ¿O quizás cuando Cristóbal Balenciaga abrió su primera tienda en San Sebastián en 1917? Definitivamente, no. La moda como práctica social se remonta al Paleolítico, como revela una investigación arqueológica liderada por la Universidad de Sydney.
La ropa no es esencial para sobrevivir, pero ha sido utilizada desde hace 40,000 años para protegerse del frío. Las agujas con ojo y los punzones de hueso indican una producción de ropa más compleja y decorativa en esa época.
La evolución de la ropa no solo se debió a razones térmicas, sino también sociales y estéticas, para la identidad individual y cultural. Los antiguos siberianos usaban la ropa como elemento de distinción en lugar de otros métodos tradicionales de decoración personal.
La motivación detrás de querer diferenciarse del resto sigue siendo un misterio, pero esta «necesidad» ha perdurado hasta hoy, reflejándose en la elección diaria de la vestimenta.