Durante muchos años, el antiguo museo egipcio de la plaza Tahrir en El Cairo ha sido conocido como el museo de antigüedades faraónicas más importante del mundo. Contiene una colección impresionante de arte del antiguo Egipto, incluyendo estatuas, sarcófagos, ajuares funerarios y tesoros como el de Tanis o el de Tutankamón. Pasear por sus salas es un viaje en el tiempo que conecta con la civilización egipcia y su legado.
Una de las piezas más destacadas es la estatua sedente del faraón Kefrén, tallada en diorita durante el Reino Antiguo. Descubierta en 1860 por el egiptólogo Auguste Mariette, esta estatua representa a Kefrén de manera impresionante y detallada.
Vista completa de la estatua sedente de Kefrén. Se aprecia el detalle del trono, decorado con la unión del loto y el papiro.
Vista completa de la estatua sedente de Kefrén. Se aprecia el detalle del trono, decorado con la unión del loto y el papiro.
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Un descubrimiento impactante
La estatua de Kefrén fue desenterrada en 1860 por Auguste Mariette durante unas excavaciones en el templo del valle del faraón en Giza. Esta estatua de diorita representa a Kefrén de manera impresionante y detallada, con una sonrisa enigmática y una mirada perdida en el tiempo.
Mariette descubrió la estatua mientras excavaba el complejo funerario de Kefrén, un recinto donde se realizaban ceremonias religiosas para el faraón difunto. La estatua es una de las siete que representan a Kefrén y muestra al faraón en una pose magnífica, rodeado de simbolismo religioso y poder.
La estatua de Kefrén fue descubierta en 1860 por el francés Auguste Mariette en el templo del valle del faraón en Giza.

Templo del valle de Kefrén en Giza, donde en 1860 Mariette halló la estatua enterrada en una fosa.
Templo del valle de Kefrén en Giza, donde en 1860 Mariette halló la estatua enterrada en una fosa.
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El templo del valle de Kefrén alberga un conjunto de 23 estatuas que representan al faraón, con significado religioso y simbólico. Estas estatuas, incluyendo la de Kefrén, eran receptáculos del «ka» o fuerza vital del faraón difunto.
La estatua de Kefrén, con su físico atlético y pose majestuosa, representa el poder del faraón en piedra. Detalles como el halcón Horus abrazando su cabeza y el trono decorado con símbolos egipcios hacen de esta estatua una obra maestra.
La estatua muestra a Kefrén como un hombre joven con un físico perfecto, atlético, vestido solamente con un faldellín, tocado con el pañuelo nemes y con la barba postiza.

Vista frontal de la estatua de Kefrén, descubierta por Mariette en el templo del valle del faraón.
Vista frontal de la estatua de Kefrén, descubierta por Mariette en el templo del valle del faraón.
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La estatua de Kefrén estuvo a punto de ser llevada a Francia debido a dificultades económicas, pero finalmente permaneció en Egipto. En septiembre de 2017, fue trasladada al Gran Museo Egipcio en Giza, donde se exhibirá junto a otras piezas importantes.
En septiembre de 2017, la estatua de Kefrén fue cuidadosamente embalada para ser trasladada a su nueva ubicación, el Gran Museo Egipcio que se alza junto a las pirámides de Giza.

Detalle del dios halcón Horus abrazando la cabeza del faraón. Museo Egipcio, El Cairo.
Detalle del dios halcón Horus abrazando la cabeza del faraón. Museo Egipcio, El Cairo.
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La estatua de Kefrén ahora es parte de la colección del Gran Museo Egipcio y pronto será admirada por visitantes de todo el mundo en su nueva ubicación.
Fuente (para controlar el refrito): https://historia.nationalgeographic.com.es/a/estatua-kefren-sorprendente-pieza-arte-egipcio_20862