Alemania sufrió una fuerte crisis económica después de su derrota en 1914, lo que llevó a muchas personas a consumir drogas. Durante la guerra, la industria alemana había desarrollado numerosos sustitutos químicos para productos como el café y el tabaco, y después del conflicto comenzó a producir una gran cantidad de sustancias para contrarrestar la dureza de los años de posguerra, marcados por la escasez y el conflicto social.
Sin leyes contra el abuso de sustancias, Alemania se convirtió en la capital mundial de los narcóticos, produciendo el 80% de la cocaína refinada del mundo, importada en bruto desde Sudamérica y comercializando drogas como las anfetaminas y el LSD.
Cuando los nazis llegaron al poder en 1933, intentaron purificar el país de todos los elementos considerados nocivos, incluido el consumo de drogas. A pesar de ello, el consumo de estupefacientes no desapareció por completo, ya que algunos jerarcas nazis, incluido Göring, eran adictos en secreto.
Durante la guerra, algunas drogas, como la metanfetamina, se militarizaron para ser usadas en las guerras de expansión. Esta sustancia permitió a los soldados combatir durante días sin necesidad de comer, dormir o descansar, siendo esencial para los éxitos de la Blitzkrieg durante las invasiones de Polonia y Francia.
El Führer, Adolf Hitler, también estaba involucrado en el consumo de drogas. Buscó tratamiento médico por problemas estomacales y comenzó a recibir inyecciones de glucosa y una mezcla de vitaminas y sustancias psicoactivas. Hitler se volvió más errático e irascible como resultado de este tratamiento.
Morell, el médico de Hitler, se convirtió en un inseparable del autócrata alemán. Al principio, le recetaba vitaminas e inyecciones de glucosa, pero eventualmente pasó a esteroides, opiáceos y hormonas extraídas de animales. La actitud de Hitler se volvió cada vez más artificial y errática.
Finalmente, después de que las dosis de cocaína y opiáceos perdieran su efecto, Hitler recurrió a las anfetaminas, lo que resultó en la degeneración de su sistema nervioso. Cuando los aliados se acercaron, los bombardeos destruyeron las farmacéuticas alemanas, lo que llevó a Hitler a experimentar un síndrome de abstinencia.
Hitler se refugió bajo tierra en su búnker de Berlín y luego se quitó la vida con una pastilla de cianuro y un balazo en el cráneo en 1945. Morell fue finalmente recluido en un campo de concentración, donde fue torturado, y murió de un infarto al cabo de un año después de su liberación en 1947.
Fuente (para controlar el refrito): https://historia.nationalgeographic.com.es/a/hitler-drogadicto-secreto-tercer-reich_20903