En la Edad Media, el baño generaba controversia entre escritores, médicos y la Iglesia. A pesar de sus beneficios para la higiene y la salud, también se asociaba con la prostitución y la violencia. Los eclesiásticos condenaban su práctica, solo recomendándolo para los enfermos.
Argumentaban que los baños públicos propiciaban la pérdida de la castidad y desalentaban a las doncellas de acudir. La literatura de la época también reflejaba los peligros morales del baño. Los médicos, por otro lado, lo prescribían para mantener la salud y curar enfermedades, destacando la importancia de adaptar la temperatura del agua al temperamento de cada individuo.
BENEFICIOS Y PELIGROS DEL BAÑO
Algunos médicos alertaban sobre los peligros del baño, como el contagio de enfermedades y la vulnerabilidad del cuerpo tras el baño. Los baños públicos eran también escenarios de actos violentos y escándalos debido a su carácter mixto y desnudo.


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Baños árabes de Ronda. Construidos entre los siglos XIII y XIV, se proveían de agua mediante una noria.
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El baño era un símbolo de estatus y riqueza, utilizado para realzar fiestas y recepciones. Las restricciones de acceso se implementaron para regular la actividad de los baños, limitando su uso a ciertos días y sexos. A pesar de estas normas, las denuncias contra los baños continuaron y eventualmente fueron disueltos en el siglo XV en Londres y otros lugares.