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En época romana, hacia el año 118 a.C., se construyó la primera calzada romana en la Galia, la Vía Domitia, por orden del procónsul Cneo Domicio Enobarbo, del cual tomó su nombre. La Vía Domitia tuvo una gran importancia como núcleo de comunicaciones y se convirtió en una de las principales vías de acceso a Nemausus, la actual Nimes, a la cual se llegaba a través de la puerta de Augusto.
Aunque hoy en día la Vía Domitia permanece oculta por la red de carreteras francesas, unas excavaciones llevadas a cabo en Nimes por arqueólogos del Instituto Nacional de Investigaciones Arqueológicas Preventivas (INRAP) en unos terrenos donde se estaba construyendo un complejo de viviendas sociales han sacado a a luz diversas estructuras que jalonaron tanto la antigua Vía Domitia como una calzada secundaria.
Los arqueólogos del INRAP han confirmado que estas estructuras serían tumbas y espacios de cremación, los cuales han sido datados entre los siglos II y I a.C. y en el siglo II d.C. gracias a los fragmentos de recipientes de cerámica y de ánforas encontrados.
costumbres funerarias
La cremación era una práctica funeraria habitual durante época romana, normalmente realizada sobre piras. De estas, los arqueólogos han descubierto varios ejemplos durante las excavaciones en Nimes. Tres de ellas fueron construidas con una base de piedra caliza o con pilares de terracota, mientras que el resto estaban situadas a ras de suelo. Cuando concluía la cremación, los familiares recogían las cenizas y las depositaban en una urna que, posteriormente, se enterraba o se guardaba en un mausoleo.
La cremación era una practica habitual durante época romana y se realizaba sobre piras de las cuales, ahora, se han descubierto varios ejemplos.


Recinto funerario en el que se introducían las urnas tras la cremación del difunto.
Recinto funerario en el que se introducían las urnas tras la cremación del difunto.
J. Grimaud et C. Martofel (INRAP)
En los enterramientos, los familiares solían dejar objetos personales que en vida habrían pertenecido al difunto, como jarrones de vidrio y cerámica, así como lámparas que, junto a los ritos y banquete funerarios que se llevaban a cabo, servirían para recordar a la persona fallecida y dar fe de su importancia. Asimismo, en una de las tumbas descubiertas en Nimes, los arqueólogos han hecho un singular hallazgo: dos pares de estrígiles, instrumentos que se utilizaban en las termas o después de practicar algún tipo de ejercicio para extraer el aceite sobrante.
un pozo misterioso
Junto a todos estos enterramientos que se suceden a lo largo de la Vía Domitia a su paso por Nimes también se han localizado varias tumbas de inhumación y un pozo circular, excavado en la roca y oculto por edificios modernos, del que se retiró el brocal, del cual tan solo quedan algunos fragmentos. La excavación de este pozo permitirá a los arqueólogos analizar los restos de otras tumbas, así como de diversos monumentos que habrían sido destruidos y arrojados en su interior.
Las excavaciones también han sacado a la luz varias tumbas de inhumación y un pozo del cual se ha retirado el brocal.


Copa de pasta de vidrio desenterrada en una de las estructuras funerarias.
Copa de pasta de vidrio desenterrada en una de las estructuras funerarias.
M. Rochette (INRAP)


Recipientes de vidrio (ungüentarios), posiblemente usados como ofrendas, descubiertos en una de las tumbas.
Recipientes de vidrio (ungüentarios), posiblemente usados como ofrendas, descubiertos en una de las tumbas.
C. Coeuret (INRAP)
Los arqueólogos tienen previsto abrir el yacimiento de la Vía Domitia al público el próximo 13 de abril con el objetivo de que todos los habitantes de la localidad, así como los turistas que visiten la ciudad de Nimes puedan visitar (además de su famoso anfiteatro) este extraordinario testimonio de las costumbres funerarias en la ciudad durante la época romana.