En España se encuentran diversos idiomas y dialectos oficiales que contribuyen al rico patrimonio cultural del país y deben ser protegidos para evitar su extinción.
Además del español, existen 5 lenguas cooficiales en la nación: gallego, euskera, aranés, valenciano y catalán. Junto a ellas, se hablan más de 10 dialectos como el romaní, castuo y rifeño tamazight, que tienen gran importancia cultural en sus áreas geográficas respectivas.
Además, hay lenguas no oficiales que se hablan en España debido a fenómenos de migración. Algunas de ellas, como inglés, árabe, francés e italiano, son habladas por un porcentaje significativo de la población, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).
La UNESCO destaca la importancia de preservar todas las lenguas y dialectos como parte de la herencia cultural de la humanidad. Es fundamental fomentar su uso y transmisión generacional.
Es alentador ver que las instituciones nacionales están haciendo esfuerzos para incluir las lenguas cooficiales y dialectos en diferentes ámbitos a través de políticas que las reconozcan y protejan, especialmente aquellas que son minoritarias y vulnerables.
El caso del catalán en cifras
Según el INE, en España hay 11,5 millones de personas que hablan catalán, siendo 4,9 millones de ellos hablantes nativos. Esto representa aproximadamente el 24% y 10% de la población española, respectivamente.
A pesar de estos números, el catalán es considerado una lengua minorizada debido a restricciones políticas o sociales que ha enfrentado a lo largo de la historia, desde el siglo XV.
Origen del catalán
La lengua catalana surge entre los siglos VIII y X en el norte de Cataluña, bajo el dominio del Imperio Carolingio. Este idioma se expandió con la Corona de Aragón y se consolidó en diferentes regiones.
Tras la Reconquista, la lengua catalana experimentó un período de decadencia debido a la pérdida de instituciones propias en la corona de España, que se prolongó hasta el siglo XIX.