El 3 de octubre de 1899 tuvo lugar un acontecimiento catastrófico en el santuario de Amón en Karnak. Once colosales columnas de la gran sala hipóstila se derrumbaron. En aquellos momentos, el francés Gaston Maspero era el director del Servicio de Antigüedades de Egipto y encargó la restauración del monumento a su compatriota, el arqueólogo Georges Legrain, que era inspector del Servicio de Antigüedades desde el año 1894.
Maspero encomendó a Legrain, además, una exploración en profundidad del complejo de Karnak, puesto que la filosofía del director del Servicio de Antigüedades era, en sus propias palabras, «no abandonar un área hasta que no se hubiera explorado a fondo (muros, suelos, infraestructuras…) y se hubieran recuperado todos los restos de los monumentos antiguos localizados».
Estatuas por doquier
Así, siguiendo las instrucciones de su jefe, Legrain, tras concluir con éxito la restauración de la sala hipóstila en 1902, logró salvar muchas piezas de gran importancia histórica y arqueológica como una estatua del rey Tutankamón representado con la apariencia del dios Khonsu, un grupo escultórico de Tutmosis IV y su madre la reina Tiaa, además de un gran número de bloques de piedra pertenecientes a las capillas levantadas en el santuario por Sesostris I (la Capilla Blanca) y Amenhotep I.
Georges Legrain y su equipo excavan bajo el suelo del templo de Karnak.
Georges Legrain y su equipo excavan bajo el suelo del templo de Karnak.
Foto: Cordon Press
A finales de 1903, Legrain y su equipo estaban excavando bajo el suelo de la Sala I, que se abre delante del séptimo pilono del templo de Karnak, obra del faraón Tutmosis III. En ese momento, los trabajadores empezaron a exhumar los restos de una estatua colosal de Seti I, allí enterrada.
La tarea pronto se reveló muy complicada puesto que la última crecida del Nilo había transformado el suelo en un auténtico lodazal. Aun así, consiguieron extraer todos los fragmentos. Pero cuál no sería la sorpresa de Legrain cuando constató que debajo había más estatuas enterradas, y bajo estas, muchas más.
«Parecía como si florecieran entre los hombres a la misma velocidad que estos las sacaban», escribió el sorprendido arqueólogo.
Cuál no sería la sorpresa de Legrain cuando constató que bajo las estatuas había más estatuas enterradas, y bajo estas, muchas más.
![Estatua cubo de Neskhemenyu. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York.](https://365tv.es/wp-content/uploads/2024/02/estatua-cubo_182b7c2d_240131144835_800x1200.jpg)
Estatua cubo de Neskhemenyu. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York.
Estatua cubo de Neskhemenyu. Museo Metropolitano de Arte, Nueva York.
Cordon Press
![Estatua de Ramessesnakht, sumo sacerdote de Amón en Karnak bajo Ramsés IV, sosteniendo la tríada tebana (Amón, Mut y Khonsu). Museo Egipcio, El Cairo.](https://365tv.es/wp-content/uploads/2024/02/triada-tebana_751ef341_240131144904_800x1067.jpg)
Estatua de Ramessesnakht, sumo sacerdote de Amón en Karnak bajo Ramsés IV, sosteniendo la tríada tebana (Amón, Mut y Khonsu). Museo Egipcio, El Cairo.
Estatua de Ramessesnakht, sumo sacerdote de Amón en Karnak bajo Ramsés IV, sosteniendo la tríada tebana (Amón, Mut y Khonsu). Museo Egipcio, El Cairo.
chicomadera2011 (CC BY-SA 2.0)
Gaston Maspero fue informado del sensacional hallazgo y de inmediato se presentó en Karnak, donde asistió pasmado a la continua extracción de estatuas. El director del Servicio de Antigüedades escribiría posteriormente: «Durante un año y ocho meses hemos estado ‘pescando’ estatuas en el templo de Karnak. Comenzamos allá por el mes de noviembre de 1903 y hemos continuado ininterrumpidamente hasta hoy [febrero de 1905]. Ya hemos sacado del agua 700 estatuas de piedra, y aún quedan más».
Enterradas por los sacerdotes
Y es que para finales de diciembre de 1903, Legrain y sus hombres ya habían recuperado 40 estatuas intactas y 20 incompletas, así como un gran número de figuras de bronce y elementos rituales. Finalmente se llegaron a extraer 751 estatuas y fragmentos, unos 17.000 objetos de bronce, estelas, obeliscos, mesas de ofrendas, recipientes de metal y piedra, elementos arquitectónicos, huesos de carnero (animal sagrado del dios Amón) y también «numerosas estatuillas de madera, imposibles de conservar», según dejó escrito Legrain. Todos estos elementos abarcaban amplios períodos de la historia de Egipto.
Pero ¿qué hacía toda esa increíble cantidad de estatuas y objetos diversos bajo el suelo del templo? Pues al parecer todos estos elementos fueron enterrados a la vez, en una única ocasión, tal vez en época ptolemaica o poco después. Posiblemente la enorme acumulación de estatuas y objetos votivos depositados en los altares de la tríada tebana (Amón, Mut y Khonsu) en Karnak durante tres mil años hizo necesario deshacerse de ellos. Pero su carácter divino hacía imposible su destrucción, por lo que los sacerdotes decidieron enterrarlos bajo el recinto sagrado. Tras el espectacular hallazgo, el lugar fue bautizado como «Patio del escondrijo».
Posiblemente la enorme acumulación de estatuas y objetos votivos depositados en los altares de la tríada tebana hizo necesario deshacerse de ellos.
![Grupo escultórico de Sennefer y su esposa. Museo Egipcio, El Cairo.](https://365tv.es/wp-content/uploads/2024/02/sennefer-y-su-esposa_c3a9b16d_240131145338_800x1460.jpg)
Grupo escultórico de Sennefer y su esposa. Museo Egipcio, El Cairo.
Grupo escultórico de Sennefer y su esposa. Museo Egipcio, El Cairo.
Djehouty (CC BY-SA 4.0)
![Estatuilla votiva que representa al dios cánido Anubis. Museo de Arte Walters, Baltimore.](https://365tv.es/wp-content/uploads/2024/02/estatuilla-votiva-del-dios-anubis_83397959_240131144939_800x1026.jpg)