Dos territorios españoles no cuentan con protección oficial de la OTAN.

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El tecnicismo que se oculta en el propio nombre de la OTAN, todavía 75 años después de su conformación, es un secreto a voces.

El 4 de abril de 1949 se selló en la ciudad de Washington, en Estados Unidos, un pacto entre 12 naciones de Europa y América del Norte que se comprometían a promover el bienestar y protegerse de agresiones externas, una iniciativa que surgió ante la creciente amenaza que la Unión Soviética suponía para sus países vecinos. 

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En el momento de su creación, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) incluyó un artículo que delimitaba su ámbito de actuación dentro de la zona norte del Atlántico, el océano que separa los dos continentes involucrados y que según lo establecido por la Organización Hidrográfica Internacional (OHI) abarca hasta la línea del ecuador terrestre. Sin embargo, el artículo 6 del tratado recoge que los límites de la OTAN incluyen solamente los territorios de cualquiera de los países miembro que se ubiquen en Europa, América del Norte o Turquía, y sus correspondientes islas que queden en la parte norte del trópico de Cáncer.

Este organismo ha ido cambiando con el tiempo, y a día de hoy cuenta con un total de 32 naciones entre las cuales se encuentra España, que se unió a la OTAN en el año 1982. Además, los límites geográficos de los propios países miembros también han variado desde entonces. 

no toda españa está protegida 

Bajo las premisas del artículo 6, casi todos los territorios del Estado español están cubiertos por el Tratado del Atlántico Norte, incluso aquellos que no forman parte de la Península Ibérica como es el caso de las Islas Canarias, pero hay dos excepciones: Ceuta y Melilla.

Estas ciudades, aunque pertenecen a España como resultado de la reconquista cristiana sobre el territorio musulmán, están ubicadas en la costa norte del continente africano. Por tanto, técnicamente no están cubiertas por el tratado aunque su latitud las sitúe por encima de la línea divisoria del trópico de Cáncer.

Así, según lo especificado en el artículo 5, estos territorios, en caso de ser atacados, quedarían exentos del ejercicio del derecho de legítima defensa colectiva de la OTAN. 

Algo parecido ocurre CON Hawái

A diferencia de España, Estados Unidos fue una de las naciones incluidas en la OTAN cuando se pactó el tratado original. A pesar de ello, su estado número 50 todavía no formaba parte de él: Hawái pasó oficialmente a ser parte del país norteamericano una década después, en 1959. 

Este hecho no resultaría mayor problema si no fuera porque geográficamente el archipiélago hawaiano está ubicado en mitad del Océano Pacífico: no forma parte de América del Norte ni de la zona norte del Océano Atlántico. Por ello, en cuanto a la defensa de la OTAN respecta, se encuentra en la misma situación que las ciudades españolas de Ceuta y Melilla. 

¿qué ocurriría realmente si uno de estos territorios fuera atacado?

Desde su creación, la OTAN sólo ha decidido activar sus protocolos de defensa colectiva en una ocasión: el atentado del 11 de septiembre en Estados Unidos.

En otras situaciones, en cambio, los consejos involucrados han decidido mantenerse al margen de conflictos que atañían directamente a alguno de los países miembro por quedar fuera de los límites establecidos en su tratado. Este es el caso, por ejemplo, de la Guerra de las Malvinas, en la que el Reino Unido se enfrentó a Argentina por un territorio en disputa. La OTAN no activó entonces sus protocolos, pero el Reino Unido recibió distintos apoyos, principalmente en calidad de armamento, por parte de algunos de los países de la organización. 

Esto lleva a algunos analistas a pensar que variar el tratado para que incluya territorios de los países miembro que quedaron fuera de los límites de la OTAN en el pacto inicial sería una cuestión compleja, aunque otros opinan que una revisión de los acuerdos estaría a la orden del día.

No obstante, el artículo 4 del mismo indica que las naciones miembro «se consultarán cuando, a juicio de cualquiera de ellas, la integridad territorial, la independencia política o la seguridad de cualquiera de ellas fuese amenazada«. Es difícil de imaginar un escenario en el cual España o Estados Unidos no iniciaría una consulta a los consejos de los estados miembro si Hawái, Ceuta o Melilla se vieran amenazadas por fuerzas militares externas, ya que si bien no consiguieran el apoyo directo de la OTAN como organización, todavía tendrían la opción de acceder a otras ayudas por parte de los países aliados de forma individual. 


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