Dos pistolas de gran valor artístico e histórico, que habían pertenecido a Napoleón Bonaparte, fueron subastadas en Francia por 1,69 millones de euros, según informó la casa de subastas Osenat el 7 de junio. Estas piezas tienen un alto significado histórico ya que el emperador intentó usarlas para suicidarse.
Sin embargo, el comprador (cuya identidad permanece en el anonimato) se enfrenta al Estado francés, que las considera «tesoros nacionales» y ha ordenado prohibir su exportación, expresando su deseo de que las pistolas formen parte de las colecciones nacionales junto con otros objetos de Napoleón.
Las pistolas que podrían haber acabado con la vida de Napoleón
Estas pistolas son dos pistolas de percusión con incrustaciones de oro y plata, con el perfil del emperador francés y el águila imperial. Vienen en un estuche de nogal y ébano, forrado con terciopelo verde y bordado en oro con la inicial imperial de Napoleón (una letra N rematada por una corona), donde se guardan las armas y sus accesorios. Fueron creadas por el armero Louis-Marin Gosset.
Además de su valor económico, estas pistolas son valiosas por haber estado involucradas en el intento de suicidio del emperador. En la noche del 12 al 13 de abril de 1814, luego de abdicar por su derrota ante la Tercera Coalición, Napoleón intentó suicidarse con estas armas. Sin embargo, el marqués Armand de Caulaincourt les había quitado la pólvora en previsión de este acto. Bonaparte luego intentó envenenarse, pero vomitó y sobrevivió.
Posteriormente, como explica el director de la casa de subastas Jean-Pierre Osenat, «el emperador regaló las dos pistolas y una espada a Caulaincourt como agradecimiento por su lealtad en esos momentos difíciles». Estas armas permanecieron en manos de la familia hasta que decidieron venderlas.
Tesoros nacionales
Ante la venta, el Ministerio de Cultura francés emitió una orden de prohibición de exportación de las pistolas, considerándolas «tesoros nacionales». Esta orden, publicada en el boletín oficial junto con un dictamen de la Comisión Consultiva de los Tesoros Nacionales, establece que las armas deben «unirse a las colecciones nacionales junto con el sable de los emperadores, ofrecido por el mismo emperador al general Caulaincourt tras su abdicación».
En términos prácticos, esto significa que las autoridades francesas tienen 30 meses para hacer una oferta de compra al propietario, quien tiene derecho a rechazarla. En cualquier caso, un tesoro nacional solo puede salir temporalmente de Francia con retorno obligatorio, por ejemplo, para una exhibición temporal, y si el propietario es un particular, debe devolverlo al país una vez finalizada la exhibición.