La naturaleza humana tiende a repetir ciertos comportamientos a lo largo de la historia, surgiendo cuando no hay explicación para un evento.
En medio de la pandemia de COVID-19, las teorías conspirativas intentaron tranquilizar a aquellos que temen lo desconocido.
En 2020, algunos sectores culparon a China, EE. UU. y a las compañías farmacéuticas por la creación y propagación del virus. Aunque esta acusación no resolvía el problema, proporcionaba un cierto alivio a la incertidumbre de muchos ciudadanos.
Esta tendencia de buscar chivos expiatorios se repite a lo largo de la historia. Encontrar un culpable, incluso con consecuencias sangrientas, da cierta tranquilidad, al menos por un tiempo.
El envenenamiento romano del 331 a. e. c.
En Roma, en el 331 a. e. c., se produjeron una serie de muertes misteriosas que fueron documentadas por fuentes antiguas como Livio y Valerio Máximo. Al principio, se pensó que era una epidemia, pero una esclava acusó a unas mujeres de haber preparado venenos que causaron las muertes. Al arrestar a algunas matronas, unas veinte mujeres fueron capturadas.
Después de que dos mujeres afirmaran que los brebajes eran inofensivos, la esclava les pidió beberlos para demostrar que mentía. Al hacerlo, ambas murieron. Posteriormente, unas 170 mujeres fueron juzgadas y Orosio menciona hasta 370 mujeres implicadas en sus escritos.
El relato de Livio plantea dudas, como la participación de la esclava. A lo largo de la historia, los esclavos han sido denunciantes en varios casos. Este envenenamiento fue el primero en ser procesado penalmente en Roma, seguido de medidas religiosas para purgar lo que se consideró un prodigio.
Este caso destaca la forma en que las sociedades a lo largo de la historia han buscado chivos expiatorios para calmar lo que consideraban ofensas a los dioses. En el caso romano del s. IV a. e. c., las mujeres acusadas fueron tanto los culpables como la solución para restablecer la paz y la cordura en la ciudad.
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Otro aspecto a considerar es el conocimiento de medicina natural que tenían las mujeres, lo que las llevaba a buscar soluciones a través de remedios que ellas elaboraban, incluso si eran venenos o medicamentos.
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Además, la muerte de las mujeres que bebieron los brebajes puede interpretarse como una ordalía, un juicio de Dios, que era común en otros pueblos y se mantuvo durante la Edad Media en occidente.
Proceso penal y religioso
Es probable que este envenenamiento fuera simplemente una epidemia más en Roma. No hay indicios de una acción organizada de 170 mujeres, ni de sus intenciones en caso de que hubiera sido un acto doloso.
Al encontrar chivos expiatorios, la sociedad romana logró calmar lo que consideraban una ofensa a los dioses. Este caso refleja la necesidad histórica de encontrar culpables para restablecer la tranquilidad y la paz en momentos de crisis.
Alicia Valmaña Ochaíta, Profesora Titular de Derecho Romano, Universidad de Castilla-La Mancha
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
Fuente (para controlar el refrito): https://historia.nationalgeographic.com.es/a/toda-epoca-ha-tenido-chivo-expiatorio-incluida-la-antigua-roma_20919