En la ciudad de Constanza (Alemania) se llevó a cabo un concilio entre 1414 y 1418, convocado por Segismundo de Luxemburgo, emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, para tratar el cisma de la Iglesia Católica que en ese momento enfrentaba a tres papas que se proclamaban legítimos.
A pesar de ser el impulsor del concilio, Segismundo tenía dificultades con el latín, ya que no lo dominaba completamente al ser una lengua litúrgica. En una ocasión, durante un discurso, un cardenal intentó corregirlo por un error, a lo que el emperador respondió: “Ego sum romanus et super grammaticam”, expresando su superioridad por encima de la gramática.
Aunque su intención era decir “Soy Rey de Roma [uno de sus títulos reales] y estoy por encima de la gramática”, olvidó añadir la palabra rex, es decir, rey. En esta ocasión, el cardenal no se atrevió a corregirlo y aceptó la advertencia.