En 1783, Estados Unidos se independizó de Gran Bretaña tras la Guerra de la Independencia. Sin embargo, en 1812, el país volvió a entrar en conflicto con los británicos. Las causas incluyeron el bloqueo comercial y los secuestros de marinos estadounidenses. Además, los Estados Unidos tenían interés en conquistar Canadá, una provincia codiciada. La guerra comenzó con la invasión de Canadá por parte de los americanos, que lograron algunos éxitos pero no pudieron conquistar la provincia. Los británicos contraatacaron en 1814, capturando Washington y quemando la Casa Blanca.
Después de la caída de la capital, los británicos se dirigieron a Baltimore, una ciudad crucial para el control del mar. Hubo una batalla en la que los británicos lograron dispersar a los americanos al tomarlos por el flanco. Luego, se enfrentaron al fuerte McHenry, que defendieron 1.000 soldados estadounidenses. A pesar de un intenso bombardeo, el fuerte resistió y los británicos se retiraron.
La resistencia del fuerte inspiró a Francis Scott Key a escribir un poema que luego se convirtió en el himno nacional de Estados Unidos en 1931. A pesar de la popularidad de la canción, no se convirtió en el himno oficial del país hasta ese año.