El cerebro humano es un órgano fascinante con una labor compleja, encargado de funciones cognitivas, ejecutivas y corporales.
Estudiar el cerebro es difícil debido a sus redes neuronales intrincadas, organizadas en regiones cerebrales que no determinan una función específica por área.
Las personas con daños cerebrales importantes o anomalías de nacimiento pueden seguir viviendo. ¿Es posible vivir sin una parte del cerebro?
¿Se puede vivir sin una parte del cerebro?
Sí, es posible vivir sin una parte del cerebro. Casos como el de Phineas Gage, un obrero que sobrevivió a la perforación de su lóbulo frontal, demuestran esta posibilidad.
Una mujer sin cerebelo en China también vivió sin esta parte cerebral, afectando su equilibrio y habilidades motoras.
Los niños con hemisferectomía por epilepsia pueden desarrollarse bien gracias a la plasticidad neuronal y la redistribución funcional del cerebro.
La plasticidad neuronal
La plasticidad neuronal permite al cerebro cambiar su estructura y funciones según la información recibida, adaptándose a situaciones y aprendizajes.
La plasticidad estructural y funcional son clave para vivir sin una parte del cerebro, redistribuyendo neuronas y funciones corporales en áreas cercanas.
Plasticidad funcional compensatoria
La plasticidad funcional compensatoria permite al cerebro desarrollarse física y funcionalmente, adaptándose a la ausencia de una región cerebral.
La terapia neuropsicológica puede estimular zonas cerebrales para crear nuevas conexiones neuronales y recuperar funciones perdidas debido a daños cerebrales.
Sistemas múltiples
El cerebro se organiza en regiones cerebrales con funciones principales, pero cada región cumple múltiples funciones y cada función se distribuye en distintas zonas del cerebro.
La neuroplasticidad permite que, si una región cerebral es dañada, otras zonas cercanas puedan recuperar la función perdida.