En el debate sobre las listas de espera en la sanidad pública, surge la pregunta recurrente de si los usuarios también deben asumir responsabilidad. Aunque el paciente no es culpable de la demora en las citas médicas, sí lo es si no cancela con anticipación y deja a otro sin atención. Francia propone multar con cinco euros a quienes falten a consultas sin previo aviso, como parte de un plan para combatir la saturación hospitalaria y la escasez de médicos en zonas rurales.
En la misma línea, el servicio de salud de Navarra aplicará sanciones a quienes no acudan a citas sin justificación, como perder antigüedad en la lista de espera o ser expulsados. Esta medida busca evitar el colapso de las listas de espera, tras campañas de concienciación fallidas. La ministra de Sanidad, Mónica García, se muestra en desacuerdo con estas medidas punitivas, considerando que la educación y conciencia ciudadana son clave para mejorar el sistema sanitario.
Expertos como Alberto Giménez Artés abogan por campañas de sensibilización y recordatorios de citas mediante tecnología, antes que por sanciones económicas. La Fundación Economía y Salud propone medidas como ampliar la telemedicina y evitar la centralización en hospitales. Jaume Puig-Junoy, de la UPF, destaca la complejidad de aplicar multas por inasistencia a citas en el sistema de salud español, sugiriendo mejorar la gestión como prioridad.
Mónica García, en contra de modelos impositivos
Las penalizaciones suaves podrían ser necesarias si el sistema de citas funciona adecuadamente, según Puig-Junoy, quien enfatiza la importancia de mejorar la gestión antes de recurrir a multas.
En resumen, la responsabilidad compartida entre usuarios y autoridades sanitarias, junto con medidas preventivas y educativas, parecen ser clave para abordar el problema de las listas de espera en la sanidad pública.