Perú ha decidido dejar de clasificar la transexualidad como un trastorno mental, optando por utilizar el término de «discordancia de género» en su lugar. El Ministerio de Salud emitió una resolución en la que se instruye el cese del uso de los términos antiguos en la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y problemas relacionados con la salud (CIE-10).
El decreto que generó controversia al incluir la transexualidad como un trastorno mental se basó en una clasificación desactualizada de la Organización Mundial de la Salud (OMS). A pesar de que la OMS dejó de utilizar esa descripción en 2022, Perú decidió seguir empleándola en espera de la implementación gradual del nuevo manual de enfermedades.
Grupos LGTB y organizaciones como Human Rights Watch criticaron el decreto, argumentando que estigmatizaba a las personas de la comunidad LGBT como enfermas mentales. Además, se señaló que esta medida podría obstaculizar los esfuerzos por mejorar la protección de los derechos de estas personas en Perú, donde aún no se reconoce el matrimonio ni la unión civil entre homosexuales, y donde las personas trans enfrentan dificultades para actualizar su identidad de género en sus documentos oficiales.