Un factor de riesgo de obesidad que está aumentando entre los menores es el uso inadecuado de pantallas. La OMS recomienda no más de dos horas al día de exposición a dispositivos para niños y adolescentes, pero en España, según el Estudio PASOS 22 de la Fundación Gasol, solo el 36% cumple con esta recomendación en días de semana y un 16,2% durante el fin de semana.
El incumplimiento ha aumentado en los últimos años, relacionándose el uso inadecuado de pantallas con sedentarismo, mayor consumo de alimentos no saludables, riesgo de obesidad, aislamiento, depresión y conductas adictivas. La obesidad infantil es la enfermedad crónica más prevalente en España, afectando a uno de cada tres niños.
La exposición a pantallas se relaciona con el aumento de peso y una dieta menos saludable. La televisión puede suprimir las señales de saciedad y la publicidad de alimentos no saludables puede favorecer su consumo. La solución no es prohibir el uso de dispositivos digitales, sino promover una relación saludable con ellos.
El ambiente obesogénico, caracterizado por una alimentación no saludable, falta de actividad física, inactividad y pocas horas de sueño, influye en la aparición y mantenimiento de malos hábitos alimenticios. La publicidad de alimentos poco saludables impacta especialmente en niños y adolescentes, condicionando sus preferencias alimentarias futuras.
La lucha contra la obesidad infantil debe ser una labor conjunta de niños, padres, pediatras, profesores, políticos, la comunidad, la industria, ONGs y los medios de comunicación. Promover estilos de vida saludables es fundamental para combatir este problema y mejorar la calidad de vida de la población.