Las monjas de Belorado han estado envueltas en medias verdades y hechos ocultos desde su cisma con la Iglesia católica el 13 de mayo. A pesar de alegar acoso de los medios, han buscado publicidad al ofrecer una entrevista y realizar ruedas de prensa a diario. Niegan la autoridad de Mario Iceta como comisario pontificio, pero le solicitan por correo electrónico que pague por un servicio de seguridad privada que planean contratar.
El arzobispado de Burgos respondió a las monjas recordando que el comisario pontificio es el representante legal de los monasterios y tiene la responsabilidad de velar por el bienestar de las personas y la gestión adecuada de los bienes. Sin embargo, las monjas han obstaculizado sus funciones al no entregar las llaves de los monasterios.
Las monjas rechazaron la ayuda económica ofrecida por el arzobispado y cambiaron la firma en las cuentas para evitar reconocer la autoridad de Iceta, pero le solicitaron el pago de un servicio de seguridad privada para el monasterio. Desde el monasterio enviaron un correo electrónico exigiendo que el arzobispo asuma los costos de este servicio.
En medio de acusaciones financieras, el arzobispado defendió la legalidad de las entidades bancarias y explicó que las monjas no han facilitado acceso a las cuentas. A pesar de recibir una oferta de ayuda económica, las monjas no han comunicado sus necesidades financieras, lo que ha complicado los pagos habituales.
El arzobispado ha instado a las monjas a establecer un diálogo para resolver los problemas financieros y ha condenado cualquier falta de respeto o intromisión en la vida del monasterio. Siguen esperando que las monjas cooperen para solucionar los gastos ordinarios de la comunidad y facilitar la comunicación.
