La policía danesa ha desmantelado los puestos de venta libre de Christiania, el barrio hippie de Copenhague afectado por la violencia del narcotráfico, mientras Alemania legaliza el cannabis recreativo. El cierre de la calle de traficantes Pusher Street se llevó a cabo tras un asesinato que acabó con la tranquilidad de la comunidad. El barrio nació en los años 70 como una alternativa para quienes no querían pagar impuestos y mostraba tolerancia al consumo de drogas, pero ha sido invadido por traficantes violentos. La policía ha destruido los puestos en múltiples ocasiones, pero resurgen continuamente. La alcaldesa insta a los habitantes a tomar una postura contra el crimen y la inseguridad que afectan al vecindario. Las bandas extranjeras han tomado el control del comercio de drogas en el distrito. Los habitantes han cambiado de opinión debido a la violencia y el peligro que representa la presencia de traficantes en las calles. La policía ha decidido poner fin a estas prácticas violentas. La venta y consumo de drogas ilegales se extiende más allá de Christiania, con productos ilegales en toda Jutlandia.