El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, firmó un decreto el día de hoy para reabrir el mercado de seguros de salud en el país. Esta medida busca dar acceso a más personas a planes de seguro médico asequibles y de calidad. El mandatario también anunció que se incrementarán los subsidios para ayudar a las familias a pagar sus primas y se llevará a cabo una campaña de información para informar a la población sobre las opciones disponibles. Biden afirmó que esta acción es parte de su compromiso de mejorar el sistema de salud en el país y garantizar que todos los ciudadanos tengan acceso a la atención médica que necesitan.

Distrito
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El plan para que las clarisas de Belorado abandonaran la Iglesia católica y se hicieran con el control de los conventos en los que están repartidas se gestó en secreto durante meses, según ha podido saber Distrito. Involucraba al obispo excomulgado como ideólogo, una operación inmobiliaria fallida con la venta de un convento, y una abadesa cuyo mandato estaba por expirar y que se perpetuaba en el poder.

Hace un mes, el 13 de abril, la presidenta de la Federación de Nuestra Señora de Aránzazu alertó al arzobispo de Burgos sobre la posibilidad de un delito de cisma por parte de las monjas de Belorado. Esto desencadenó una investigación de las diócesis de Vitoria, Bilbao y Burgos con la aprobación de la Santa Sede.

El problema radicaba en la incapacidad de la comunidad para cumplir un contrato de compra del monasterio de Ortuña, que pretendían financiar con la venta de otro edificio en Derio. Sin embargo, la venta de Derio no se concretó, lo que las monjas atribuyen al bloqueo del Vaticano. La diócesis de Bilbao tampoco tenía conocimiento de la operación, lo que hizo sospechar que el permiso de la Santa Sede no se había solicitado.

Ante la falta de comprador para el edificio de Derio, las monjas introdujeron un tercer elemento en la compra del monasterio de Orduña: un benefactor que actuaría como testaferro. Este benefactor misterioso, cuya identidad se mantuvo en secreto, despertó sospechas en el obispado, que señaló al obispo excomulgado como el ideólogo detrás de la operación.

La Pía Unión de San Pablo Apóstol, entidad vinculada al obispo excomulgado, parecía haber encontrado una forma de tomar el control de los edificios de las monjas. Si estas se desvinculaban de la Iglesia católica, podrían mantener los derechos sobre el edificio sin interferencia eclesiástica. Esta situación planteaba un desafío a la jurisdicción de la Iglesia sobre los monasterios autónomos.

La decisión de las clarisas de Belorado de separarse de la Iglesia católica también afectó a su principal actividad económica, la venta de chocolates y dulces monásticos, suspendida por la ruptura.

A pesar de que los productos siguen disponibles para la venta en línea en la web de la comunidad, la venta directa ha sido completamente detenida.

Además, las fundaciones que solían ayudar a difundir los productos monacales fuera de los conventos han retirado su apoyo después de enterarse de las posturas doctrinales de la comunidad. En el caso del convento Belorado, las compras periódicas realizadas por estas entidades, especialmente en épocas como la Navidad, representan su principal fuente de ingresos.

A esta situación se suma otro factor. La abadesa actual, Sor Isabel, estaba a punto de finalizar su mandato a finales de este mes. La elección de su sucesora estaba programada para el 29 de mayo, ya que, después de varios mandatos consecutivos, no podía ser reelegida según el Código de Derecho Canónico. Sin embargo, tras el anuncio de un cisma, la elección se ha detenido, y Sor Isabel sigue siendo la máxima autoridad en el convento. Este hecho es relevante, ya que, aunque se habla de una decisión tomada por consenso, Sor Isabel ha sido la única en firmar las cartas y en expresar la postura común.

Al ser consultado por este periódico, el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha afirmado que su prioridad es dialogar con la comunidad de religiosas. «Quiero hablar individualmente con cada una de las religiosas. Ojalá pueda hacerlo pronto». Por el momento, las religiosas no parecen estar dispuestas a entablar esa conversación.

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