La inesperada muerte de Lin Qi el día de Navidad de 2020 conmocionó al mundo tecnológico de China. A sus 39 años, Lin había destacado como un prodigio en la industria del entretenimiento. Después de acumular riqueza en el ámbito de los videojuegos, este ingeniero informático se propuso llevar a la pantalla chica de todo el mundo la popular trilogía de libros de ciencia ficción de Liu Cixin, «El problema de los tres cuerpos». La serie recientemente se estrenó en Netflix, al mismo tiempo que un tribunal chino dictaminó la condena del asesino de su promotor, una historia que pareciera sacada de un guion cinematográfico.
Fascinado por «El problema de los tres cuerpos», Lin Qi invirtió millones de dólares en 2014 para adquirir los derechos de esta exitosa trilogía, que narra la historia de un proyecto chino para establecer contacto con extraterrestres y que desencadena una trama de misteriosos suicidios de científicos. A pesar de sus esfuerzos, en 2017, Lin Qi contrató a Xu Yao, un ejecutivo y abogado que, tras ser degradado, comenzó a urdir su venganza. Xu Yao, fanático de «Breaking Bad», montó un laboratorio para elaborar veneno y envenenó a Lin Qi y otros colegas, resultando en la muerte del magnate.
La serie basada en «El problema de los tres cuerpos» se lanzó en Netflix el 21 de marzo y ha generado controversia en China por su supuesta occidentalización del argumento y su representación negativa de personajes chinos. A pesar de la pena capital impuesta a Xu Yao por el asesinato de Lin Qi, la historia real detrás de esta trilogía continúa siendo comparada con una superproducción de Hollywood, con tintes de un «Breaking Bad» chino.