La Conferencia Episcopal Alemana llevó a cabo su Asamblea Plenaria de primavera en Ausgburg. El presidente Georg Bätzing, obispo de Limburg, recibió una carta del Vaticano firmada por los cardenales Parolin, Víctor Manuel Fernández y Robert F. Prevost tres días antes del inicio del evento.
El Vaticano pidió a la Conferencia Episcopal Alemana que detuviera la formación del Consejo Sinodal, un órgano propuesto por el Camino Sinodal alemán, por considerarlo contrario al Código de Derecho Canónico actual y que podría usurpar la autoridad de los obispos diocesanos y de la Conferencia Episcopal. Este Consejo Sinodal, con igual representación de obispos y laicos designados por el Comité Central de los Católicos Alemanes, tendría un papel decisivo en el futuro pastoral y financiero de la Iglesia alemana.
Roma ya había expresado su desacuerdo con el Consejo Sinodal, considerándolo incompatible con la jurisdicción de la Iglesia. La resolución de esta controversia se pospuso para una próxima reunión entre representantes de la Curia Romana y la Conferencia Episcopal alemana, cuya fecha está por determinar.
Después de la Asamblea, Bätzing aseguró en una conferencia de prensa que no buscan limitar la autoridad de los obispos y confía en una resolución positiva en la reunión en Roma. El Camino Sinodal alemán parece enfrentar un callejón sin salida, con el riesgo de movimientos secesionistas minoritarios, pero no de un cisma.
Fuente (para controlar el refrito): https://www.larazon.es/sociedad/callejon-salida_2024022565dac9e5344c980001bd13be.html