Menos brindis con copas, pero mayor calidad en los vinos

Distrito
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En el centro de atención de algunos sectores, en un contexto de aumento de precios que hacen estragos en los bolsillos a la hora de comprar, el sector del vino sufre una disminución en las ventas. Las denominaciones de origen de Castilla y León, en general, se ven afectadas. Por lo tanto, 2023 no será parte de los registros récord de cifras conjuntas. En total, las trece DO – junto con los tres vinos de pago que también cuentan con esta clasificación – vendieron el año pasado más de 236,7 millones de botellas, casi 5,3 millones menos que el año anterior, con una caída del 2,18 por ciento.

Sin embargo, existen excepciones. Rueda puede celebrar otro año de crecimiento, marcando un nuevo récord. Con cerca de 16 millones de etiquetas entregadas por el Consejo Regulador, la principal región productora de blancos en España compensa en parte la caída general. Aumentó en casi 5,69 millones de botellas, un 5,4 por ciento, consolidándose como líder de ventas en la región y segunda a nivel nacional.

En la DO donde la uva verdejo es la estrella, estos vinos tranquilos son los más demandados y representan la mayor parte de las ventas en un año récord. El presidente del Consejo Regulador, Carlos Yllera, destaca que la tendencia al alza en la DO Rueda es aún más destacable considerando la disminución del consumo de vino a nivel mundial. Esto demuestra que el consumidor reconoce la alta calidad de los vinos de la región. El objetivo es aumentar las exportaciones y seguir mejorando sin perder de vista la tradición.

Los retos del mercado internacional y una baja existencia de stock debido a las cosechas no tan abundantes en 2021 y 2022 son algunas de las razones que explican la disminución en la DO Ribera del Duero. Aunque la caída en las ventas fue esperada después de un año de crecimiento significativo, pasar de más de 100,7 millones de etiquetas de calidad entregadas a quedarse por debajo de los 90,7 millones (una disminución de diez millones, casi un diez por ciento) es un dato preocupante. «Es aceptable», señala su presidente, Enrique Pascual. Se espera ver cómo evoluciona este año. A pesar de esto, no se encienden las alarmas por ahora, ya que las cosechas no han sido muy grandes en los últimos años.

El aumento en la cosecha de 2023, con un incremento del 12 por ciento en la cantidad de uvas recibidas en las bodegas, es un alivio para la región. Las metas incluyen un crecimiento sostenible y una mayor presencia en los mercados internacionales. A pesar de la disminución en Ribera, las dos principales regiones vitivinícolas de Castilla y León superaron juntas los 206,6 millones de etiquetas el año pasado. Aunque son unos cuatro millones menos que en 2022, representan más del 87 por ciento de las ventas de las denominaciones de la región.

Además de Ribera y Rueda, Toro, Bierzo y Cigales conforman el ‘top five’. Entre las cinco principales regiones, se vendieron más de 233,4 millones de botellas -más del 98 por ciento del total de las DO de Castilla y León-, con una disminución ligeramente superior al dos por ciento. ¿En cuanto a las tirillas expedidas por los consejos reguladores? 4.988.111 menos. Ninguna de estas regiones se salvó de la disminución, en mayor o menor medida. Los descensos más leves fueron en Toro y Bierzo, alrededor del dos por ciento. En la DO de Zamora, se expedieron 412.500 etiquetas menos (-2,5 por ciento), frenando el crecimiento de años anteriores.

En Bierzo, se registra el segundo año consecutivo de disminución, aunque en este último año la caída fue menor, con unas 150.000 etiquetas expedidas menos, situándose ligeramente por encima de los 7,05 millones.

En Cigales, se detiene el crecimiento: de superar los cuatro millones, ahora se sitúa por encima de los 3,6 millones. Aunque las ventas de vino rosado se mantienen, las de tinto han disminuido, siguiendo la tendencia del mercado y causando una caída de más del diez por ciento, quedando en niveles similares a 2021. En cuanto a las otras ocho denominaciones más pequeñas, también se observa una contracción en general. Sin embargo, hay excepciones. La DO de Valtiendas, la más pequeña, ha logrado mantenerse debido a sus modestas cifras.

Han logrado aumentar su producción en el mundo de los tintos, en la región limítrofe con Ribera del Duero, de 120.000 botellas a unas 138.000, un aumento del 15 por ciento. Igualmente, en otra región de cifras modestas como Sierra de Salamanca ha logrado mantenerse alrededor de las 175.000 etiquetas gracias al exceso de vino producido en 2021, aunque en 2023 la producción ha disminuido y temen que afecte a las ventas futuras. En regiones con cifras más altas, como Tierra de León, se han mantenido prácticamente estables, con una ligera disminución del uno por ciento en Tierra del Vino de Zamora, quedándose en 191.900.

En el resto de regiones, se observan disminuciones más pronunciadas. Destaca la caída en Arribes, donde las ventas disminuyeron casi un tercio de un año a otro: unas 223.000 etiquetas menos expedidas, quedando en 466.000. En Arlanza, la caída fue de cerca del 17 por ciento, con un total de poco más de 232.000 etiquetas, condicionados por la demanda de una de las principales bodegas de la región. Después de una disminución del 13 por ciento, rozando las 268.000 etiquetas (35.500 menos), en Cebreros confían en mantenerse o incluso aumentar un poco este año para contrarrestar el impacto global en las ventas de vino.

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Fuente (para controlar el refrito): https://www.abc.es/espana/castilla-leon/vinos-calidad-copas-brindar-20240229091442-nt.html

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