El olor nauseabundo del sanchismo

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En los últimos días, lo que ha ocupado los titulares de los medios de comunicación es la corrupción que afecta a las instituciones de nuestro país. No se trata del caso Koldo ni del caso Ábalos, sino que desde que Pedro Sánchez asumió la presidencia del Gobierno de España, la corrupción política tiene nombre y apellido: Pedro Sánchez Pérez-Castejón. Se ha convertido en una figura con un poder unipersonal sin precedentes en la historia de la democracia española.

Su control absoluto del poder institucional y partidario ha provocado que toda decisión en España dependa de su voluntad. Desde la composición de las listas electorales hasta los nombramientos en la Administración, todo responde a él. Pedro Sánchez es el líder absoluto y todos los que lo rodean son elegidos por él para cumplir sus objetivos de poder.

El escándalo de corrupción relacionado con las mordidas en la compra de mascarillas durante la pandemia es un ejemplo de la corrupción que rodea a Sánchez y su círculo. No se puede atribuir la culpa a otros, ya que el verdadero responsable es el propio Sánchez. Ha diseñado una estrategia para ejercer el poder sin límites y cuenta con un coro de prescriptores de opinión que intentan encubrir sus acciones.

Es hora de despertar y asumir la realidad. Pedro Sánchez y su círculo cercano buscan demoler el Estado democrático para ejercer un poder sin control. La movilización ciudadana en contra de medidas como la Ley de Amnistía es fundamental para defender la democracia y la libertad.

Los ciudadanos decentes están convocados a unirse en Cibeles para rechazar la Ley de Amnistía y defender la democracia. La defensa de la libertad siempre merece la pena, y es deber de todos los ciudadanos protegerla.

Fuente (para controlar el refrito): https://okdiario.com/espana/sanchismo-huele-que-apesta-12468818

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