El consumo de cannabis entre jóvenes cordobeses disminuye en cantidad pero aumenta en gravedad, motivado por la percepción de que es algo «cool».

En la actualidad, la marihuana o cannabis se ha vuelto parte de la esfera pública, política nacional e internacional, y social en general. Mientras los gobiernos europeos, como el alemán, han legalizado su uso recreativo, las farmacéuticas compiten por las patentes de CBD. En Córdoba, la edad de inicio del consumo de sustancias como el tabaco, alcohol y cannabis se sitúa alrededor de los 14-15 años según encuestas recientes. El Equipo de Atención a menores y jóvenes de la Diputación de Córdoba ha atendido a 148 usuarios menores por consumo de marihuana.

En cuanto al perfil de los consumidores de cannabis, los educadores sociales señalan que no hay un patrón específico, destacando que la prevalencia de consumo se encuentra en adultos entre 25-30 y 65 años. Las razones por las que los jóvenes prueban esta droga son variadas, desde la influencia de sus amigos hasta el gusto por sus efectos. El consumo problemático de marihuana ha ido en aumento, con un promedio de seis porros diarios y problemas familiares y escolares asociados.

A pesar de su popularidad, el cannabis conlleva riesgos y problemas subyacentes. Existe un mito en torno al cannabis terapéutico, aunque los expertos aclaran que no existe como tal. En Córdoba, se ha implementado un programa psicoeducativo para abordar el consumo de cannabis, con un enfoque multidisciplinario que incluye sesiones individuales para evaluar el perfil del consumidor y trabajar en la desmitificación de la droga.

En resumen, el consumo de marihuana entre los jóvenes cordobeses ha generado preocupaciones en torno a su uso y los problemas asociados. Es fundamental abordar este tema desde una perspectiva educativa y de intervención temprana para prevenir el consumo problemático y sus consecuencias.