Las fuerzas ucranianas ya habían demostrado su capacidad para atacar duramente a la poderosa Flota rusa en el mar Negro mediante el uso de drones de superficie Magura V5 y misiles Neptune.
Ahora, han dado un paso adelante al atacar un buque de guerra ruso en el puerto de Kaliningrado, sede de la Flota Rusa del Báltico.
El barco, afectado por una operación especial de la inteligencia militar ucraniana (GUR), es el buque lanzamisiles Serpukhov, atracado en la Base Naval de Baltiysk en el enclave ruso del Báltico de Kaliningrado, entre Polonia y Lituania.
Según The Kyiv Post, una fuente ha confirmado que el buque ha sufrido graves daños: «Repararlo llevará mucho tiempo», aseguró la fuente.
El GUR ha confirmado en un comunicado su responsabilidad en el ataque, el cual se habría llevado a cabo el 7 de abril.
Los servicios de inteligencia de Kiev confirmaron que, debido a un incendio provocado por el ataque, el buque ha quedado inoperable con sus sistemas de ataque y comunicación «completamente destruidos».
Según el comunicado, el Serpukhov es una corbeta rusa de clase Buyan-m botada en 2015.
Aunque no se ha especificado cómo se llevó a cabo el ataque, diversas fuentes citadas por la prensa ucraniana sugieren un ataque partisano o una operación de fuerzas especiales ucranianas.
Ante las complicaciones en el campo de batalla, Ucrania ha priorizado los ataques a los buques de guerra rusos.
Hasta ahora, los ataques se habían limitado a los barcos de la Flota Rusa del Mar Negro, por lo que el ataque en Kaliningrado sería el primer ataque naval más allá de las costas ucranianas.