Esta es la historia de Pepi, apodo de Peter René Pérez, un niño austriaco nacido en 1936 en el seno de una familia judía sefardí, en pleno auge del antisemitismo en Europa. Los nazis apuntaron con una pistola a la cabeza al estar en brazos de su madre, tuvo que huir a París porque amenazaron con quemar vivo a su padre y con 5 años fue considerado un «extranjero indeseable» y encerrado en un campo de concentración. Allí compartió barraca con más refugiados judíos y republicanos españoles, a quienes guarda cariño.
Con 87 años, acaba de grabar un documental (‘Pepi Fandango’ (2024), de Lucija Stojevic, que se estrenará próximamente) y decide narrar su huida de los nazis a Distrito, a quien recibe en el histórico edificio del Centro Sefarad-Israel de Madrid con motivo del Mes de la Memoria del Holocausto.
Los Pérez disfrutaban de una cómoda aunque modesta vida en Viena hasta que en 1938 la Gestapo comienza a arrestar a los judíos. Su padre y tío huyeron a París y su hermano logró escapar después. Luego, en 1939 llegaron a la capital francesa para reunirse con el resto de la familia, pero los nazis los obligaron a emigrar al sur, aún libre.
En febrero de 1941 ingresaron en el Campo Joffre de Rivesaltes, donde la familia sobrevivió gracias a la ayuda de españoles. Un año después, los nazis se apoderaron del sur de Francia y vaciaron el campo para uso militar, aunque compañeros españoles de encierro del padre le falsificaron documentos para poder vivir en la mina de La Caunette. Vivieron allí hasta 1948, cuando volvieron a Viena. Pepi estudió Física en la universidad y tuvo dos hijos. Ahora reside en su Viena natal y vuelve a pisar Rivesaltes: «Me duele ver las imágenes [hace el gesto de una puñalada en el pecho]. Son cosas terribles que a un niño se le quedan marcadas».
Fuente (para controlar el refrito): https://www.abc.es/internacional/superviviente-sefardi-nazi-apunto-pistola-cabeza-dos-20240127040805-nt.html