La amenaza de yihadistas y bandas armadas sigue poniendo en jaque el derecho a la educación de miles de niños en Nigeria. Este domingo se conmemora el décimo aniversario del masivo secuestro de más de 275 niñas a manos de Boko Haram en la ciudad de Chibok, en el estado de Borno. Más de 80 niñas siguen en cautiverio en medio de la creciente inseguridad en el país, con miles de raptos ocurridos en los últimos meses.
El secuestro desató una oleada de indignación a nivel mundial, materializada en la campaña #BringBackOurGirls. Las niñas fueron trasladadas al bosque de Sambisa, donde vivieron en duras condiciones y algunas fueron forzadas a casarse con miembros de Boko Haram. Las labores de rescate permitieron liberar a algunas niñas, pero más de 80 siguen cautivas, sin paradero conocido.
Glory Mainta, una de las secuestradas, relató su experiencia y expresó su esperanza de que las niñas restantes sean liberadas. Mary Dauda, otra de las secuestradas, también compartió su vivencia y su regreso a la escuela tras la liberación.
La crisis de secuestros se ha expandido a otras zonas de Nigeria en los últimos años, con más de 1.700 alumnos secuestrados desde el incidente en Chibok. La inseguridad ha tenido un grave impacto en la escolarización de las niñas en el norte del país, reflejado en altos índices de analfabetismo.
Anietie Ewang, investigadora de Human Rights Watch, destacó la necesidad de incrementar los esfuerzos para hacer que la educación sea segura para los niños en Nigeria. La situación actual refleja la profunda inseguridad que afecta al país, obligando a los niños a enfrentar el dilema de sacrificar su seguridad por obtener educación.