Israel ha admitido hoy que el ataque del pasado lunes fue un «error» al creer que en el convoy viajaban dos milicianos armados de Hamás.
La investigación determinó que las fuerzas israelíes identificaron a dos «pistoleros» en los camiones de ayuda mientras se dirigían a un almacén en Deir al Balah, y al abandonar el lugar tras la descarga, «uno de los comandantes erróneamente supuso que los pistoleros estaban dentro de los vehículos y que eran terroristas de Hamás».
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) concluyen que tanto los destituidos como los amonestados «manejaron mal información crítica» y «violaron las reglas de enfrentamiento» establecidas por el Ejército israelí.
Las conclusiones de la investigación dirigida por el general Yoav Har Evan y publicadas en la página web del Ejército israelí señalan que «el incidente podría haberse evitado» y que «quienes autorizaron el ataque creían que estaban atacando a operativos armados» del movimiento palestino Hamás.
Sin embargo, el Ejército indica que «el daño a los vehículos de ayuda es un grave error» derivado de una «grave» cadena de errores, resultado de una «identificación errónea», una «decisión errónea» y un «ataque en contra de las órdenes» de abrir fuego.