El conflicto sobre la sede de la nueva Comisión de la Energía (CNE) ha surgido a raíz de un anteproyecto redactado apresuradamente en el Ministerio de Transición Ecológica. Este texto debe corregirse para evitar problemas durante su trámite administrativo y al llegar al Congreso de los Diputados, especialmente en Bruselas.
El anteproyecto se basa en la narrativa original de la ley que estableció la Comisión Nacional de Mercados y Competencia (CNMC) hace doce años. Sin embargo, resulta impensable que un texto legal defina de antemano el domicilio social de la CNE, que se espera permanezca en Madrid. El Ministerio ha tenido que corregir este aspecto en el texto difundido en su página web para evitar confusiones.
Los técnicos de la CNMC se han mostrado molestos con el texto, que establece competencias sin recursos y contiene errores concernientes al control que la CNE deberá ejercer sobre entidades que ya no existen. Esta situación es considerada un exceso de intervencionismo por parte del Ministerio de Teresa Ribera.
Las empresas del sector energético están contentas con estos cambios, mientras que los futuros técnicos que se incorporarán a la futura CNE se sienten descontentos por la pérdida de atribuciones y la incorporación de tareas para las que no cuentan con medios suficientes. Se percibe una disminución en la independencia de la CNE como organismo regulador independiente.
Por otro lado, Cani Fernández está satisfecha con la asunción de la pérdida de la supervisión energética, pero se espera que la CNMC tenga que trasladarse a un nuevo edificio. Además, se ha otorgado a la CNMC la titularidad del futuro regulador de Servicios Digitales, en el marco de la creación de una entidad para supervisar a las grandes empresas de tecnología.
Fuente (para controlar el refrito): https://theobjective.com/economia/2024-02-23/anteproyecto-cne-causa-estragos-mercado-energetico/
