El enfrentamiento legal entre TikTok, de ByteDance, y el gobierno de EE.UU. por la obligación de vender la red social a una entidad estadounidense o dejar de operar en el país, representa un desafío histórico. TikTok argumenta que esta medida atenta contra la libertad de expresión en EE.UU., mientras que la ley de Seguridad Nacional justifica la venta de la plataforma por motivos de seguridad nacional.
La demanda presentada ante el Tribunal de Apelaciones de Washington destaca la singularidad de esta ley al prohibir a una sola empresa, afectando a los aproximadamente 170 millones de usuarios estadounidenses de TikTok. La popularidad de la plataforma entre los jóvenes hace que su desaparición antes de las elecciones de noviembre pueda tener un impacto electoral significativo en el Partido Demócrata, que cuenta con un gran apoyo de este grupo demográfico.
El debate no se centra en la privacidad de los usuarios de TikTok, sino en las implicaciones de seguridad nacional que conlleva la relación de ByteDance con el gobierno chino. La preocupación radica en la posibilidad de que China pueda acceder a información sensible a través de la empresa, lo que es percibido como una amenaza por parte de la clase política estadounidense, independientemente de su afiliación partidista.
