El yoga es una disciplina milenaria que combina posturas físicas, técnicas de respiración y meditación para promover el bienestar físico, mental y emocional. Los beneficios de practicar yoga son numerosos y pueden mejorar la calidad de vida de las personas en diversos aspectos.


Uno de los beneficios más conocidos del yoga es la mejora de la flexibilidad y la fuerza muscular. Al realizar regularmente las posturas de yoga, se estiran y fortalecen los músculos, lo que puede prevenir lesiones y mejorar la postura corporal.


Otro beneficio importante es la reducción del estrés y la ansiedad. La práctica de yoga incluye técnicas de respiración y meditación que ayudan a calmar la mente y a reducir los niveles de cortisol, la hormona del estrés.


Además, el yoga puede mejorar la concentración y la claridad mental. Al enfocarse en la respiración y en las posturas, se estimula la concentración y se promueve la relajación, lo que puede mejorar la toma de decisiones y la resolución de problemas.


Por último, el yoga también puede beneficiar la salud del corazón. Al reducir el estrés y mejorar la circulación sanguínea, el yoga puede ayudar a prevenir enfermedades cardiovasculares y a mantener un corazón sano.


En resumen, practicar yoga regularmente puede tener numerosos beneficios para la salud física, mental y emocional. Si estás buscando una forma de mejorar tu bienestar general, el yoga puede ser la respuesta que estás buscando.


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Actualizado

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha adelantado que Bruselas no incluirá a España en el procedimiento de déficit excesivo, que es la herramienta que Europa activa cuando un Estado incumple las normas fiscales.

«La Comisión Europea nos ha sacado del procedimiento de déficit excesivo, es decir, estamos expandiendo la economía, haciendo crecer la economía, creando empleo y consolidando las cuentas públicas», ha apuntado Sánchez durante la sesión de control este miércoles.

Bruselas abrirá hoy este procedimiento sancionador a los países que este año, en el que vuelven las reglas fiscales, cierren con un déficit superior al 3% del Producto Interior Bruto (PIB). España registró una desviación presupuestaria del 3,6% el año pasado, y la estimación oficial es que el dato retroceda hasta ese 3% en 2024.

La mayoría de casas de análisis y organismos, incluido el Banco de España, estiman que un 3% de desviación es demasiado optimista. Sin embargo, el mensaje oficial y las labores de Economía sí han calado en Bruselas, en donde se avala la previsión.

En la defensa de sus números, el departamento de Carlos Cuerpo ha insistido en la progresiva reducción que ha llevado a cabo España en los últimos años. En 2020, año en el que se desató la pandemia, la desviación se fue más allá del 10%, y el Ejecutivo siempre pone en valor el gran paso desde esa cifra hasta el mencionado 3,6% del pasado año.

En el proceso ha sido básico el crecimiento económico y la recuperación, que si bien en los primeros años fue de menor intensidad ahora es más intensa que en el resto de Europa. Además, la recaudación ha avanzado con fuerza, proceso en el que ha sido básico el comportamiento del mercado laboral pero, también, el impulso de la inflación.

De hecho, el pasado viernes el BdE señaló que el incremento de los precios y la decisión del Gobierno de no adaptar el IRPF a la inflación han regalado al Ejecutivo 11.000 millones en los últimos cuatro años sólo en el IRPF.

Sanción a Italia en Francia

En cambio, y según ha adelantado El País, Europa sí incluirá en ese procedimiento a Francia e Italia, las mayores potencias económicas europeas por detrás de Alemania. La inclusión de Francia es especialmente importante dado el momento político que atraviesa, con la extrema derecha ganando en las elecciones europeas y el presidente Macron adelantando las elecciones legislativas.

Ambos países cerraron el pasado año con desviaciones presupuestarias muy superiores al 3%. En concreto, Italia se fue al 7,4% y Francia, al 5,5%. Además, Hungría, Rumanía o Polonia también acabaron con datos muy elevados y apuntan a ser igualmente expedientados.

De acuerdo con esas reglas fiscales que entraron en vigor el pasado mes de abril, los países que sean objeto de medidas correctivas por parte de Bruselas deben realizar un ajuste estructural del 0,5% del PIB.

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