La llegada de Chery a España y la creciente competencia de otras marcas de coches chinas plantea incertidumbres sobre el futuro de los dos millones de empleados en el sector de la automoción en España, el segundo productor de automóviles en Europa después de Alemania y el octavo a nivel mundial. Este sector ha estado históricamente centrado en el motor de combustión, que requiere mano de obra calificada, especializada y bien remunerada, así como una amplia red de proveedores que generan empleo indirecto.
Recientemente, Chery inauguró las instalaciones en la antigua planta de Nissan en la Zona Franca de Barcelona, en colaboración con la marca española Ebro. Este proyecto cuenta con inversión privada de Ebro, pero también con financiamiento público de la firma estatal china y de los gobiernos de España y Cataluña, además de los fondos Next Generation que se espera que atraiga este nuevo proyecto.
A pesar de las reticencias en Bruselas hacia la producción china en el espacio Schengen, la distribución de los fondos europeos para la industria automotriz generalmente se decide en el marco del PERTE español. El año pasado, la Unión Europea inició una investigación por competencia desleal contra los coches eléctricos chinos y se espera que imponga medidas más estrictas, como aranceles, para proteger a las marcas locales, algunas de las cuales también tienen producción en China, como el grupo Volkswagen.
Objetivo: burlar los aranceles
Según Cristian Castillo, profesor de Economía de la Universidad Abierta de Cataluña (UOC), la llegada de Chery tiene un impacto positivo en términos de empleo, ya que permitirá reubicar a parte de la plantilla altamente tecnificada de Nissan. Sin embargo, advierte que esta inversión busca evitar aranceles en Europa, lo que podría generar tensiones en los suministros y afectar a los productores europeos de coches.
Por otro lado, David Ortega, profesor de la escuela de negocios Eada, destaca la estrategia de China de asociarse con marcas europeas como Ebro, Audi, Volvo o Stellantis, siguiendo el ejemplo de las multinacionales occidentales que ingresaron al mercado chino con socios locales. China ha invertido significativamente en la industria de la automoción y en el desarrollo de vehículos eléctricos, lo que ha llevado a una estrategia de exportación hacia países occidentales, especialmente en Europa.
Chery contrata menos que Nissan
Aunque Chery planea producir menos que Nissan inicialmente, se espera que aumente su producción en los próximos años. Mientras que Nissan requería 25.000 empleados, Chery contratará entre 120 y 150 personas este año, con planes de expandir su plantilla a medida que aumente su producción. En 2024, se espera que ensamblen 5.000 coches junto a Ebro, con planes de elevar esta cifra a 30.000 el siguiente año, 50.000 en 2026, 100.000 en 2027 y 150.000 en 2028.
Europa sacrifica el diésel
Desde el sector del metal en Cataluña, se señala la «emergencia industrial» provocada por la competencia china en la automoción, lo que ha llevado a una transición acelerada en la industria europea. Se critica la decisión de la Unión Europea de enfocarse en la eliminación del diésel, a pesar de sus avances tecnológicos en eficiencia y reducción de emisiones contaminantes en comparación con la gasolina. Aunque la llegada de Chery ha generado incertidumbres, se considera una solución necesaria para el vacío dejado por Nissan en la región.
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