El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha anunciado que planea retirar todas las tropas estadounidenses de Afganistán para el 11 de septiembre de 2021, poniendo fin a la guerra más larga de la historia de Estados Unidos. Esta decisión se produce después de años de conflicto en la región y ha generado opiniones divididas tanto a nivel nacional como internacional.

Biden ha defendido su decisión argumentando que es hora de poner fin a la guerra en Afganistán y que las fuerzas estadounidenses ya han cumplido su misión en el país. Sin embargo, algunos críticos han expresado su preocupación por el impacto que esta retirada podría tener en la estabilidad de la región y en la seguridad nacional de Estados Unidos.

La retirada de las tropas estadounidenses de Afganistán ha sido un tema polémico durante años, con diferentes presidentes considerando diferentes opciones. Ahora, con la decisión de Biden de poner fin a la guerra, queda por verse cómo afectará esto a la situación en Afganistán y en la región en su conjunto.

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La estrategia de BBVA ha sido cambiante a lo largo del tiempo, marcada por contradicciones, cambios de dirección y arrepentimientos. Los inversores han estado pidiendo una visión clara sobre el futuro y una adquisición para reducir la exposición a los países emergentes, con el Sabadell como prioridad. El presidente de BBVA, Carlos Torres, ha pasado de descartar fusiones a apostar por una oferta pública de adquisición hostil al Sabadell.

Desde el rompimiento de las negociaciones con el Sabadell en 2020, los líderes de BBVA han oscilado en su estrategia, abriendo y cerrando la posibilidad de adquisiciones. Antes de ese acercamiento, BBVA se había arrepentido de la adquisición de Catalunya Banc, señalando que probablemente no la hubieran hecho. En 2008, BBVA fracasó en su aventura en China y posteriormente se centró en Turquía, donde ha aumentado su presencia.

Actualmente, BBVA está considerando deshacerse de su filial en Turquía para financiar su oferta hostil por el Sabadell. Esto podría aumentar sus ratios de capital y mejorar la ecuación de canje propuesta a los accionistas del banco catalán. El abandono de Turquía representaría un cambio significativo en su estrategia, pero también disminuiría su dependencia de un mercado volátil y aseguraría el apoyo del BCE a su oferta por el Sabadell.

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