Pedro Sánchez adelanta las elecciones debido a la inestabilidad de sus socios catalanes y el desafío presupuestario que enfrenta su Gobierno frágil. Según BBVA Research, se espera un ajuste plurianual de hasta siete años que se asemeja al realizado por Mariano Rajoy en 2012, equivalente a 45.000 millones de euros actuales.
BBVA Research destaca la vuelta a la austeridad con nuevas reglas fiscales que obligan a contener el déficit y la deuda. España debe presentar en septiembre un plan que muestre un horizonte claro y creíble de saneamiento de las finanzas públicas.
El ajuste que se espera es similar al realizado entre 2012 y 2017, con medidas estructurales que representaron hasta 3 puntos del PIB. A pesar de las dificultades políticas, Bruselas espera que España logre reducir el déficit al 3% en 2024, pero el agujero estructural sigue siendo un desafío.
El Gobierno podría enfrentar el ajuste aumentando los impuestos, pero esto podría afectar el crecimiento y el empleo. Encontrar gastos ineficientes y recortarlos es una vía necesaria, aunque probablemente no será suficiente para lograr el ajuste requerido.
Para afrontar el ajuste con éxito, se necesitará un clima de pactos de Estado, según Cardoso y Hernández de Cos. Las medidas impopulares como aumentar la eficiencia del gasto público y reconsiderar los ingresos a través de impuestos son necesarias para promover un crecimiento equitativo.
Gobernar este ajuste necesario en un contexto de polarización y reglas fiscales más estrictas de la UE representa un desafío agónico y estéril para afrontar el futuro.