El cambio climático es una de las mayores preocupaciones ambientales de nuestra época. A medida que la temperatura global aumenta, los efectos en el medio ambiente se vuelven más evidentes. La deforestación, la pérdida de biodiversidad y el aumento del nivel del mar son solo algunas de las consecuencias de este fenómeno.


La deforestación contribuye significativamente al cambio climático, ya que los árboles absorben dióxido de carbono y liberan oxígeno. Sin embargo, la tala de bosques para la agricultura y la urbanización está reduciendo la capacidad de la Tierra para regular su clima. Esto conduce a un aumento en las emisiones de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, a un mayor calentamiento global.


Además, la pérdida de biodiversidad es otro efecto preocupante del cambio climático. Las especies animales y vegetales están luchando por adaptarse a las nuevas condiciones climáticas, lo que lleva a la extinción de muchas de ellas. Esto no solo afecta a la biodiversidad en sí, sino también a la cadena alimentaria y a la estabilidad de los ecosistemas.


Por último, el aumento del nivel del mar es una consecuencia directa del calentamiento global. El deshielo de los casquetes polares y glaciares está provocando un incremento en el nivel de los océanos, lo que a su vez amenaza a las comunidades costeras y a la vida marina.


En resumen, el cambio climático está teniendo un impacto devastador en el medio ambiente. Es crucial que tomemos medidas urgentes para reducir nuestras emisiones de carbono y proteger la biodiversidad de nuestro planeta antes de que sea demasiado tarde.


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La tensión entre la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, y la patronal CEOE sube de temperatura. Por un lado, Díaz intenta arrinconar a la patronal en el trascendente proyecto de ley de reducción de la semana laboral en España, pero no osa por ahora consumar el ultimátum que anunció para este lunes. Por otro, el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, tiene decidido presentar una queja contra el Gobierno ante la Organización Internacional del Trabajo por practicar «el monólogo social», según confirman a EL MUNDO fuentes de CEOE.

Todo esto tras una jornada que no fue el hito esperado. Aunque Díaz anunció que si CEOE no presentaba propuestas para negociar, tomaría ya «una decisión» sin ella, el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, anunció que habrá, al menos, otra reunión con todos los agentes sociales para la próxima semana. Este amago de ruptura no cumplido por el Ministerio de Trabajo fue interpretado por fuentes de la patronal consultadas como que Díaz no se ve con fuerza suficiente para imponer por ley la semana laboral de 37,5 horas, al menos por ahora. «En el Ministerio están débiles», señalan.

No obstante, Pérez Rey preparó el terreno, en su declaraciones al término de la reunión, para un acuerdo limitado a los sindicatos, porque «la actitud de CEOE es decepcionante» y «se burla del diálogo social». Dio a entender que si no ha consumado el ultimátum, es porque CCOO y UGT aún tienen reservas con la redacción del anteproyecto de ley de reducción de jornada laboral.

La representante de CEOE en la reunión, Rosa Santos, se negó a presentar propuestas al considerar que Díaz tiene ya decidido el desenlace y que pretende lanzarse a bajar la jornada sin acuerdo con las empresas, que son las responsables de implantar el recorte.

En línea con los representantes de Cepyme y de la Confederación Nacional de la Construcción, particularmente afectada, la patronal consideró inaceptable intentar reducir la jornada deteriorando aún más la productividad. Pérez Rey negó tal efecto y califico de «apocalíptica» esta posición.

Por su parte, en UGT insisten en que, siquiera por pragmatismo, sería útil intentar embarcar en el acuerdo a la patronal, pero sin que eso signifique dar mucho más tiempo por si un eventual adelanto electoral frustre la tramitación del anteproyecto de ley. «Hay que alcanzar con la patronal o sin la patronal este mes», dijo el representante del sindicato, Fernando Luján.

¿Tendrá tal acuerdo después apoyo parlamentario incluido el decisivo del PNV y Junts? «Esperamos respaldo del conjunto de las fuerzas parlamentarias, porque es una medida de sentido común», afirmó Pérez Rey.

Garamendi no prevé mover ficha, porque, como ha comentado, «no se negocia con quien quiere ganar cinco a cero», pero queda ahora a la espera de qué redacción se atreve Díaz a efectuar de la nueva ley. De momento, ha decidido denunciar su actitud ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el organismo de la ONU que vela por las relaciones laborales. Fuentes autorizadas de la patronal aseguran a EL MUNDO que Garamendi ha decidido elevar la citada protesta contra el Gobierno español ante la OIT por vulneración del convenio 154 de este organismo. Éste es el que consagra mundialmente la necesidad de proteger la negociación colectiva y el que obliga a los gobiernos a que «la negociación colectiva no resulte obstaculizada por la inexistencia de reglas que rijan su desarrollo o la insuficiencia o el carácter impropio de tales reglas».

Desde el punto de vista de la patronal, la líder de Sumar modifica acuerdos alcanzados entre empresarios y sindicatos tanto para la reforma laboral, como el llamado Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC) vigente hasta 2025 y firmado en 2023 por los agentes sociales sin participación del Gobierno.

El cambio en la semana laboral que preconiza Díaz altera, según Garamendi, de forma decisiva las condiciones salariales y laborales de aquel acuerdo.

Por su parte, el servicio de estudios de Fedea criticó que el Gobierno pretenda una reducción de la semana laboral en España por ley, cuando debe ser fruto de la negociación colectiva ante el riesgo de efectos indeseados y pérdida de productividad, según un informe publicado este lunes.

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