Rudy Fernández experimentó una de las noches más conmovedoras de su carrera el lunes, durante su despedida en el WiZink Center, en lo que posiblemente sea su último partido oficial en casa con la camiseta merengue. El jugador balear se despidió de manera espectacular, con una destacada actuación individual en el segundo enfrentamiento de la final de la Liga Endesa contra UCAM Murcia, recibiendo una ovación que duró más de un cuarto de hora y lo hizo emocionarse hasta las lágrimas.
Fernández, alero del Real Madrid, fue reemplazado a falta de cinco minutos para el final del último cuarto después de una actuación sobresaliente (14 puntos y una asistencia), momento en el que recibió una ovación de todo el estadio y respondió con un tímido saludo a la grada.
«Rudy Fernández lolololoooo», resonaba en un estruendo constante mientras las cámaras capturaban la emoción del jugador que tantas noches hizo soñar a los presentes. A pesar de sus esfuerzos por contenerse, no pudo evitar emocionarse ante un WiZink repleto que logró hacerle derramar lágrimas de emoción.
Nadie prestaba atención al partido ya decidido, todos aplaudían a la leyenda que no esperó al final del tiempo reglamentario. Poniéndose de pie y entre lágrimas, agradeció con aplausos una ovación que duró más de un cuarto de hora.
Fue el foco total de una noche en la que incluso Chus Mateo cedió su turno de palabra. También él, emocionado, apenas pudo articular unas palabras de agradecimiento a su jugador, el cual fue reconocido por la grada con una placa conmemorativa del momento.
Rudy fue el último en abandonar la cancha en esta última ocasión, ya que aunque podría regresar en un quinto partido, parece improbable una remontada de UCAM Murcia en casa dadas las circunstancias. Además, Rudy expresó su deseo, en declaraciones en la pista, de no volver a jugar en casa si la victoria lo permite tras una noche verdaderamente mágica.