Un Porsche, un Rolex, cinco móviles de última generación…

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El resumen de la ‘Operación Brody’ llevada a cabo por la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, revelado este día por varios medios españoles, ha expuesto el inventario de bienes incautados a Luis Rubiales durante el registro de su residencia en Punta Cana (República Dominicana), entre los cuales se incluyen un Porsche recién adquirido, un Rolex y varios teléfonos móviles.

«No tengo ni la posibilidad de pagarme una Coca-cola, tengo todas las cuentas de aquí y de España bloqueadas, y sin haber demostrado nada», afirmó el ex presidente de la RFEF ante la periodista Ana Pastor en una entrevista exclusiva realizada poco antes de su regreso a España, una declaración tan categórica como falsa, según el resultado del registro.

Durante su estancia en el país centroamericano, Rubiales y su socio Francisco Martín Alcaide, conocido como Nene, residían en una mansión de 700 metros cuadrados con todo tipo de lujos (campo de golf, piscina privada, un lago…), una propiedad cuyo alquiler asciende a unos 900 euros diarios, según señala El Confidencial.



En el registro, un grupo de agentes de las autoridades dominicanas junto con un equipo especializado de la Guardia Civil, en cumplimiento de la orden emitida por la jueza Delia Rodrigo y autorizada por el Ministerio Público de República Dominicana, pudieron constatar el alto nivel de vida que mantenían ambos, presuntamente financiado a través del desvío de fondos de la Real Federación Española de Fútbol mediante la adjudicación de contratos de obras.

Porsche Macan, adquirido a una empresa local por 35,925 dólares el 8 de marzo pasado, un Rolex, cinco teléfonos móviles de distintas marcas y modelos, y tres memorias USB con información sobre sus cuentas fueron las pruebas obtenidas por las autoridades el 1 de abril.

«¿El presidente de la RFEF tiene que vivir en una burbuja? Si mañana vas a un país y un amigo te dice: ‘Aquí puedes invertir’, no veo el problema», también expresó Rubiales a Ana Pastor horas antes de abordar un vuelo con destino a Madrid (3 de abril). A su llegada, el ex presidente fue retenido por la Guardia Civil en Barajas, al igual que Nene unas semanas antes.

Después de regresar a España tras una extensa ‘viaje de negocios’ en Centroamérica, la jueza lo citó como imputado el 29 de abril para declarar sobre los presuntos delitos de corrupción en los negocios, administración desleal, blanqueo de capitales y pertenencia a una organización criminal que se le imputan.

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