Los hermanos Pou y Micher Quito inauguran la ruta ‘Pisco Sour’ en los Andes, a una altitud de 5.780 metros

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Los hermanos escaladores vascos Iker y Eneko Pou, junto a su compañero peruano Micher Quito, han abierto recientemente una ruta directa y desafiante en la montaña Pisco de 5.780 metros en la Cordillera Blanca de los Andes en Perú, la cual han denominado ‘Pisco Sour’.

Realizaron la ascensión en estilo alpino: sin cuerdas fijas, sin oxígeno adicional, sin apoyo externo y en total autonomía, la forma más elegante de conquistar una montaña. El trío completó la ascensión en veinte horas continuas de actividad hace pocos días, partiendo del refugio Perú (a 4.680 m).

Eneko Pou ha compartido con 20Minutos ese día: «Comenzamos la escalada a las 7:50 de la mañana después de una larga aproximación a través de un glaciar extenso, muy fracturado y peligroso, y no fue hasta las 18:30 de la tarde cuando alcanzamos la arista cimera y concluimos las dificultades. A las 19:30, ya completamente de noche, finalmente alcanzamos la cumbre principal del Pisco por segunda vez en una semana, ya que unos días antes lo habíamos ascendido por la ruta normal para aclimatarnos. En el proceso, escalamos doce largos y 630 metros de hielo y mixto (con piolets y crampones) muy técnicos, lo que nos exigió dar lo mejor de nosotros, al punto de que tanto Micher como yo tuvimos caídas, aunque sin consecuencias graves, pero Micher todavía cojea notablemente».



Su hermano Iker describe la apertura de la ruta de la siguiente manera: «Pensábamos que sería mucho más sencilla de lo que resultó, pero la escasez de hielo, la nieve suelta y la envergadura de la pared –¡630 m de escalada!- nos impidieron avanzar tan rápido como deseábamos. En la parte alta nos adentramos en un laberinto de enormes seracs que parecía interminable, y cuando anocheció en el último largo, hubo un momento en el que pensé que tendríamos que pasar la noche al raso, ya que no teníamos sacos de dormir, esterillas ni hornillo para derretir agua y preparar comida. Apostamos por la ligereza para poder salir de día, pero con la noche cerrándose a nuestro alrededor, nuestros planes se estaban complicando. Afortunadamente, unos minutos después, cuando ya no se veía nada y tanto Micher como yo habíamos encendido las luces frontales, Eneko nos informó por walkie-talkie que había alcanzado la arista cimera y salido de la vertical. Ambos gritamos de alegría».

Una hora más tarde, los alpinistas alcanzaron la cumbre principal, pero debido a la oscuridad reinante, era demasiado tarde y oscuro para disfrutar de las vistas. Descendieron exhaustos hasta el refugio, ya sin comida ni agua, apurando el paso para escapar de la montaña.


El Makalu

En resumen, están muy satisfechos con la escalada, que pensaron que sería relativamente fácil para completar su aclimatación, pero resultó ser mucho más complicada de lo esperado. Consideran que es una de sus mejores ascensiones en la Cordillera.

Además de las dificultades técnicas y la ruta nueva comprometida, los escaladores tuvieron que lidiar con las emociones, especialmente después de haber tenido que descender el cuerpo sin vida del escalador italiano Tomas Franchini, que falleció en el pico Cashan de 5.686 metros unos días antes.

A los Pou aún les esperan muchas expediciones en tierras peruanas, por lo que, conociéndolos como los conocemos, seguramente nos seguirán sorprendiendo con más logros.

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