Luis García Plaza, técnico del Alavés, se convierte en portavoz de quienes ven al Real Madrid, con Mbappé como guinda, como el futuro dominador de LaLiga EA Sports, al estilo del PSG en Francia. La sensación de un equipo histórico es difícil de sacudir, desde el festejo en la fuente de Cibeles por la merecida Liga hasta la ilusión desbordante de levantar la decimoquinta Orejona en Wembley ante el Dortmund, seguida por la presentación del astro francés. Son momentos de gloria en Chamartín.
Es innegable que el equipo blanco está logrando una transición ejemplar en su plantilla, con algunos de los mejores jóvenes del mundo. No sería sorprendente ver pronto un podio del Balón de Oro ocupado por Vinicius, Mbappé y Bellingham. Lo más destacado es que en esta transición entre jugadores como Sergio Ramos, Casemiro, Cristiano Ronaldo o Benzema, la receta del «saber ganar» se está aprendiendo y perfeccionando por la actual plantilla, bajo la dirección del druida Ancelotti, quien mezcla todos los intangibles que, más allá de la calidad, confirman la sensación de un proyecto ilimitado.
Con las dudas sobre la paciencia para construir un equipo para la próxima década resueltas, y la calidad de los jugadores confirmada, la única incógnita a resolver es qué sucederá cuando falte el pegamento.
La inminente salida de Modric y la probable de Kroos plantea el único interrogante sobre el futuro. El Madrid seguirá siendo fuerte en ambas áreas, pero necesitará dos centrocampistas capaces de controlar el ritmo de juego y de lanzar a sus velocistas de área a área. Con el alemán y el croata, el Madrid ha ganado mucho, pero también ha jugado en un nivel excepcional todos estos años. No son jugadores fáciles de reemplazar en el mercado.