En el Sanliurfa GAP Stadyumu, se vivió un intento fallido de celebrar la Supercopa de Turquía este domingo. El Galatasaray se llevó la victoria por el abandono del Fenerbahce después de un minuto de juego, en medio de una protesta que venía gestándose y amenazaba con el boicot.
El título, que ya había sido pospuesto a finales de diciembre debido a tensiones políticas que impidieron su celebración en Riad, fue finalmente celebrado por el Galatasaray, aunque de manera cuestionable. El Fenerbahce se presentó al encuentro con un equipo de suplentes y jugadores de categorías inferiores, sin siquiera contar con su cuerpo técnico.
Con el gol de Mauro Icardi al inicio del partido, el Fenerbahce decidió retirarse del campo antes de que se reanudara el juego. El árbitro declaró la victoria para el Galatasaray, que celebró en el terreno de juego una Supercopa turca lamentable.
Las quejas por las decisiones arbitrales de la temporada y la solicitud de un árbitro extranjero para la final, junto con diferencias con la Federación Turca, incluyendo la gestión de un reciente ataque sufrido en el campo del Trabzonspor, llevaron al Fenerbahce a boicotear el torneo.
En un comunicado, el equipo ‘sari-Lacivertliler’ expresó: «Hoy, al salir al campo no para ganar sino para defender la verdad, queremos enfatizar nuestra dedicación al deporte turco con sus 117 años de historia, no solo en fútbol, sino en todas las disciplinas en las que competimos, manteniendo los valores nacionales del país con sus 30 millones de seguidores. Como el club deportivo más grande del mundo, seguiremos defendiendo estos principios hoy, mañana y siempre, como lo hemos hecho en el pasado».
